En momentos de confinamiento obligado, como el que se ha adoptado como medida de prevención del Covid-19, las personas deben modificar rutinas y horarios y seguir acciones de autocuidado, para enfrentar el estrés que esta contingencia sanitaria genera. 

Según señaló Héctor Gómez, psicólogo de la Dirección de Personal de la Universidad de Concepción, en este contexto es fundamental poner especial atención en niños, niñas y adolescentes, quienes en situaciones de emergencia corren grave riesgo de ver aumentadas sus vulnerabilidades.  

El profesional explicó que el Covid-19 está provocando preocupación, miedo y malestar emocional en la población por la incertidumbre. El miedo es una emoción desagradable, pero muy saludable, necesaria y adaptativa para los seres humanos. Sin embargo, el miedo intenso y extremo lleva a un bloqueo emocional que lo que hace, en muchas ocasiones, es paralizarnos. La consecuencia es que nos anula la capacidad de reaccionar o de buscar soluciones o alternativas que nos ayuden a estar mejor.

En este escenario, lo aconsejable es mantener el buen estado de ánimo, la calma y la tranquilidad,  sin permitir que la saturación de información genere más angustia a los padres y madres, que son los que deben entregar tranquilidad y contención a los menores.

También es necesario tener presente, que el impacto que tenga una situación de este tipo va a estar determinado por una serie de factores tales como:

  • Edad del niño o la niña
  • Recursos psicológicos con que cuente
  • Reacción que tengan los adultos más cercanos
  • Tiempo en que sea restituida la normalidad
  • Magnitud del evento y los efectos al que se haya visto expuesto/a tanto el niño o niña como sus cuidadores 

Algunas respuestas esperables de los niños/niñas durante y posterior a esta crisis son:

  • Apegarse a los padres o cuidadores/as
  • Miedo a los/as extraños/as
  • Dificultad para dormir o rehusarse a ir a la cama
  • Regreso a comportamientos anteriores (orinarse en la cama o chuparse el dedo)
  • Llorar y gritar 
  • Retraimiento
  • Irritabilidad
  • Dolores de cabeza o de estómago (somatizaciones)

El profesional aclara que estas reacciones son normales en una contingencia como la que vivimos, por lo que los padres y/o personas a cargo del cuidado de menores de edad, no deben reprender a los niños, sino que empatizar con ellos. 

El psicólogo Héctor Gómez entrega las siguientes recomendaciones: 

¿Qué se debe contar a los niños?

Los adultos debemos adaptar la información que comuniquemos, tanto al nivel evolutivo (etapa del desarrollo) como a los cambios que día a día se producen en la situación del brote de Covid-19, dando la importancia que se merece a la prevención de la transmisión, así como a las medidas de higiene que deben ser respetadas por todo el grupo familiar.

¿Qué medidas se deben adoptar en la rutina diaria?

  • Es importante contar con la presencia física de alguien que calme y contenga, en este sentido la paciencia es fundamental. 
  • Con los preescolares menores de cinco, explicarles cosas en concreto. Por ejemplo, si se angustian con el encierro o se asustan con el ruido de helicópteros o sirenas, explicar que también nos damos cuenta que eso está pasando, que no significa nada malo ni nada grave y que hay personas que están haciendo su trabajo para poder cuidarnos. 
  • Con los escolares hay que tener más cuidado con el acceso a la información. Es importante filtrar las noticias y las redes sociales, ya que eso puede resultar una fuente directa para que un niño y un joven se sientan muy atemorizados.
  • Como adultos debemos ser cuidadosos con las fuentes en las que basamos nuestros juicios, intentando en la medida de lo posible siempre recurrir a entidades confiables (colegio médico, OMS, autoridades sanitarias, etc)
  • Muchos niños y niñas, al no poder expresar en palabras lo que están sintiendo, les puede afectar su apetito o tener pesadillas, por lo que es muy importante mantener una rutina ordenada para darles una contención significativa. Durante los días de cuarentena, hay que mantener horarios de alimentación y de sueño. 
  • Para los momentos de dificultad es importante que puedan contar con el tiempo y disponibilidad de un adulto para jugar y ser acompañado. 
  • En el caso de preadolescentes y adolescentes, es fundamental estar disponible para abrir espacios de diálogo y de reflexión. Es un buen momento para acompañarlos en pensar, analizar, trabajar ciertos valores como la  importancia de la generosidad, de la empatía y el respeto hacia los demás, invitándoles a ver las cosas desde distintos puntos de vista. 
  • Aprovechar el tiempo de cuarentena para hacer actividades en familia, los juegos de mesa, ver películas, pintar, practicar un instrumento musical y cocinar, pueden ser actividades enriquecedoras para fortalecer los vínculos y disminuir el estrés.

Fuente: VRAEA UdeC. 

Foto: vitamina.cl