En un escenario marcado por el malestar ciudadano frente al costo de la vida, los aspirantes a La Moneda afinan sus propuestas para intentar convencer a una ciudadanía que exige soluciones concretas. A pocas semanas de las elecciones presidenciales, los programas económicos se han convertido en uno de los ejes centrales del debate. Si bien hay coincidencias en la importancia de reactivar la inversión y generar empleo, la ruta sugerida para lograrlo no es la misma.

En un país tensionado entre la urgencia de crecer y la necesidad de proteger derechos sociales, cada proyecto revela no solo prioridades, sino también visiones que marcarán el tono de la próxima administración.

Claudio Parés, jefe de carrera de Ingeniería Comercial UdeC, detalló cuáles son las perspectivas económicas que se acentúan en los distintos sectores políticos.

Uno de los temas predominantes en el debate tiene relación con la reducción del gasto público, al que adhieren los postulantes de la derecha. En concreto, José Antonio Kast (Republicano) indicó que llevará adelante un ajuste fiscal de US$6 mil millones en 18 meses, Evelyn Matthei (Chile Vamos) planteó una disminución de al menos US$8 mil millones, durante los cuatro años de administración, y Johannes Kaiser (Partido Nacional Libertario) lo recortaría entre US$12 mil millones y US$15 mil millones.

En esa perspectiva, el subdirector del Informe Económico Regional (IER) se refirió a las implicancias en materia de recesión, exponiendo que “en ninguna parte del mundo se ha visto que reducir el gasto fiscal genere más actividad económica”.

El año pasado el déficit estructural alcanzó el -3,2% del Producto Interno Bruto (PIB), muy por sobre la meta inicial de 1,9%. El Consejo Fiscal Autónomo (CFA) calificó el desvío como extraordinario e indicó que los ajustes aplicados -de US$800 millones- fueron insuficientes. Allí se justificarían las propuestas de los abanderados de la derecha.

Sin embargo, el economista mira estos discursos con mesura, pues “son medidas súper grandes que, efectivamente, van a generar una política fiscal contractiva y con eso reducimos la actividad económica, y no estamos en condiciones de hacer eso de manera drástica, sobre todo, porque no es necesario en las condiciones en que está Chile Hoy día”. A ello agregó que “la crisis de deuda chilena no es tan grande”.

Otra de las postulantes más competitivas, Jeannette Jara (Unidad por Chile), sugiere avanzar “hacia un ingreso vital que se alcanzará gradualmente”, y que constaría de tres componentes: un aumento del ingreso mínimo mensual, que se reajustará por sobre el alza en el costo de la vida y que también considerará la evolución del crecimiento y de la productividad; un subsidio a las empresas de menor tamaño; y una transferencia monetaria directa a los trabajadores formales con remuneraciones equivalentes al ingreso mínimo mensual, que completará el monto necesario para alcanzar el ingreso vital de $750.000.

Sobre ese proyecto de la abanderada del oficialismo, Parés indicó que “tiene dos caras: problemas en el ámbito de producción, hace que las empresas aumenten sus costos a la hora de producir, pero tenemos un beneficio, porque las personas reciben más dinero mensualmente”, es decir, “reducimos la oferta, pero aumentamos la demanda”.

El académico detalló que esa iniciativa impactaría de un modo simular a lo que ha sido la reducción de la jornada laboral, ley que se aprobó mientras Jara era ministra del Trabajo.

Otro elemento que destaca en el programa de la militante comunista es una reforma para transitar a una negociación multinivel.

“Si tenemos sindicatos solo por empresa, cada empresa va a negociar distinto y se rompe la comunicación entre los trabajadores; entonces, trabajadores y empresas negocian en condiciones distintas”, expuso el académico sobre la idea de transitar a una negociación ramal.

Los planteamientos económicos son múltiples. Por ejemplo, Franco Parisi (Partido de la Gente) apuesta por una rebaja de impuesto a los combustibles, mientras que los candidatos independientes también se aventuran en distintas recomendaciones: Eduardo Artés apunta a impuestos a grandes fortunas, junto a la reducción y eliminación gradual del IVA; Marco Enríquez-Ominami sugiere la creación de la Oficina Nacional de Inversiones Productivas (ONIP); y Harold Mayne-Nicholls releva los impuestos a las emisiones contaminantes.

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Foto: Jakub Żerdzicki en Unsplash.