Un paso fundamental para concretar la reconstrucción del Mercado de Talcahuano dio la Contraloría General de la República, al tomar razón de la resolución que aprueba el financiamiento del Gobierno Central para este proyecto.

La inversión total asciende a $16.120.557 millones, de los cuales la Subsecretaría de Desarrollo Regional y Administrativo (Subdere) aportará el 40%, equivalente a $6.448.223 millones, mientras que el Gobierno Regional del Biobío financiará el 60% restante, con $9.672.334 millones. La aprobación de Contraloría permitirá al municipio iniciar el proceso de licitación para la ejecución de las obras.

Francisca Perales, subsecretaria de Desarrollo Regional y Administrativo, celebró el dictamen de Contraloría y sostuvo que “este mercado es clave para el desarrollo económico y la identidad de Talcahuano. Esperamos que el proceso de licitación sea expedito y la reposición comience lo antes posible”.

El delegado presidencial regional, Eduardo Pacheco, valoró el avance de esta gestión, señalando que “se hace justicia con una comuna que por más de una década ha esperado para terminar de levantarse después del tsunami de 2010. Este mercado genera empleo, activación económica tanto en la obra como en lo que van a ser sus locales tradicionales, con un proyecto emblemático para el puerto de Talcahuano”.

Por su parte, el alcalde Eduardo Saavedra adelantó que la toma de razón del órgano contralor “nos permite dar el siguiente paso: llamar a licitación para la reconstrucción del Mercado de Talcahuano, lo cual estamos en condiciones de hacer en las próximas semanas”.

El proyecto contempla la reposición de 145 locales interiores, la incorporación de oficinas administrativas y nuevos espacios arrendables, junto con la reconstrucción del espacio central del recinto, que contará con una cubierta de doble curvatura, mayor altura y la habilitación de un segundo piso con apertura hacia el mar y los cerros.

El Mercado de Talcahuano fue por décadas el corazón comercial y social del puerto, albergando a cientos de locatarios, pescadores y comerciantes que daban vida al centro de la comuna. El terremoto y tsunami de 2010 destruyó su estructura y dejó en pausa una parte significativa de la identidad local.