La Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo, ANID, informó que dos propuestas se adjudicaron financiamiento en el marco del Concurso de Institutos Milenio en Ciencias Naturales y Exacta 2019, siendo uno de ellos el proyecto Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera, SECOS. En el equipo de investigadores destaca la participación de tres destacados científicos de la Universidad de Concepción.

El nuevo Instituto Milenio (IM) será albergado por la Pontificia Universidad Católica de Chile, como institución principal, con la participación de la Universidad de Concepción, la Universidad Católica del Norte y la Universidad Andrés Bello y, además, participan en él investigadores de la Universidad Adolfo Ibáñez, Universidad Santo Tomás, Universidad del Desarrollo, y Universidad Católica de la Santísima Concepción. En total, ocho casas de estudio colaborarán en el proyecto que recibirá financiamiento para 10 años.

La Vicerrectora de Investigación y Desarrollo UdeC, Dra. Andrea Rodríguez Tastets expresó al respecto: “La participación en forma importante de 3 académicos de la Universidad de Concepción en el recientemente adjudicado Instituto Milenio SECOS es una muy buena noticia, ya que permite fortalecer las capacidades del trabajo en red dentro de un grupo de excelencia que ha sido seleccionado y validado por pares internacionales. La temática que aborda SECOS es complementaria a las de otros centros de excelencia que la Universidad tiene en torno a ciencias del mar, lo que creo puede generar una sinergia virtuosa que logre un mayor desarrollo para esta área del conocimiento”.

“El proyecto refleja una evolución de un grupo de académicos de distintas universidades”, explica la académica de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la UdeC, Dra. Laura Farías. “No sólo desde el punto de vista de la interdisciplina, por cuanto sólo convergen muchas disciplinas y metodologías en pos de atender a hipótesis-objetivos, sino por la forma de generar el conocimiento, esta vez, desde las comunidades y la co-construcción de éste, desde y hacia la academia”, analizó.

La también investigadora del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 detalla que, a pesar de que el Instituto aún no cuenta con ejes definidos de trabajo, “propone abordar una pregunta apremiante: ¿cómo pueden los océanos y las regiones costeras mejorar la sostenibilidad a largo plazo y el bienestar humano? Para ello, el Instituto se centrará siete unidades experimentales o plataformas de aprendizaje para problemas país como la contaminación marina, el cambio climático, la sobrepesca y el manejo de recursos biológicos, la adaptación y mitigación al cambio climático”, indicó.

De esta forma, la experta enfatiza que se incluirá la visión de equipos de científicos y partes interesadas en la generación de conocimiento y en el desarrollo de soluciones, en un contexto de sistemas socio-ecológicos. “En mi formación como oceanógrafa y con mi experiencia en la ciencia interdisciplinar y la buscada de soluciones, espero aportar a varias de las líneas de aprendizajes de sistemas socio-ecológicos”.

Junto a Farías, los académicos de la Facultad de Ciencias Ambientales, Dr. Ricardo Barra Ríos y Dr. Cristian Vargas Gálvez aportarán al nuevo instituto. “Es un tremendo privilegio poder concretar una iniciativa que veníamos madurando hace bastante tiempo, y que puede mirarse también como una continuidad del trabajo que estaba haciendo el Núcleo Musels en el ámbito de la investigación en zonas costeras y su interacción río-océano. En lo específico, espero aportar en temas como contaminación costera y sus múltiples dimensiones, un aspecto en donde como centro de investigación ya tenemos desde el Centro Eula una experiencia importante con la que contribuir”, detalla Ricardo Barra, Director del Centro Eula.

En tanto, el Dr. Vargas, Director de Núcleo Milenio Musels, explica que existía la necesidad de contar con un Instituto Milenio que abordara la zona costera con una mirada transdisciplinaria. “Éste es un sistema complejo y con muchos conflictos, como la carretera hídrica, el desarrollo turístico y su infraestructura en la zona costera, la pesca artesanal, la acuicultura de peces o moluscos, las áreas de manejo, o la pesquería a pequeña escala. Entonces hay muchos usuarios en esta zona que se ven enfrentados a una gran cantidad de problemáticas, como el cambio climático, los estresores múltiples, los microplásticos o la liberación de tóxicos, como los piretroides”, detalló.

“Hay que trabajar en cómo hacemos que las diferentes actividades que desarrolla el hombre en la zona costera puedan coexistir, pero asegurando su sustentabilidad en el tiempo, en un mundo bajo estresores locales y globales”, apuntó el Dr. Vargas. “Ese es el gran desafío, y nosotros creemos que la única forma de hacerlo es a través de la interdisciplina”, concluyó el experto.

Comunicaciones VRID