La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a través de su sitio web, ha publicado información sobre los distintos efectos que podría generar la pandemia por Covid-19. En ese marco, la entidad proyecta que existe la posibilidad de que ocurra una disminución desproporcionada del consumo de proteína animal (como resultado de los miedos –sin base científica- de que los animales puedan ser huéspedes del virus) y de otros productos de mayor valor, como frutas y hortalizas.

También, y en lo que se refiere a demanda de alimentos, la FAO establece que el temor al contagio puede llevar a una reducción de las visitas a los mercados, generando un cambio en la forma en que las personas compran y consumen comida, lo que se traduciría en menor afluencia en los restaurantes, aumento de las entregas en el comercio online y un alza de las comidas en el hogar.

En este nuevo escenario, Ana Karen Millar, nutricionista y terapeuta natural, sugiere no descuidar lo que comemos, debido a que “en el contexto actual, frente al Covid-19 y ante el inicio del periodo invernal, es fundamental mantener el sistema inmunológico reforzado, ya que la alimentación está directamente relacionada con el comportamiento de nuestro sistema frente a infecciones”. 

La nutricionista, que además es conductora del programa “Alimenta tu vida” de Radio UdeC, señaló que para mantener nuestro cuerpo sano, todos los nutrientes son importantes, aunque hay algunos que se relacionan directamente con el fortalecimiento del sistema inmunológico, como por ejemplo: vitaminas (C, E, A y B12), zinc, hierro, ácido fólico y selenio. También recomendó el consumo de fibra, probióticos y prebióticos.

¿Y qué rol cumple en esta alimentación balanceada el consumo de agua? Según Millar “mantenernos hidratados es esencial para algunas funciones vitales del organismo, ya que nuestro cuerpo está compuesto en un 70% de agua”. Por eso, su consumo nos ayuda a regular el funcionamiento de las células, controlar la temperatura corporal, mejorar la circulación de la sangre, potenciar la función cerebral y la concentración, además de mantener la función muscular, entre múltiples beneficios.

Ante la transformación de hábitos alimenticios, producto de cuadros de ansiedad que han repercutido en cambios en la composición física por exceso o disminución en la ingesta de comida, la profesional aconseja realizar algunas actividades que permitirán reducir los niveles de estrés.

Para finalizar, la profesional indicó que es importante adoptar una conducta que propicie la empatía, la solidaridad, el amor y la compasión, para lograr que este proceso de cambio individual y colectivo sea más llevadero.

Foto: mejorconsalud.com