Identificar cuáles son las brechas que hoy limitan el desarrollo científico en las distintas macrozonas, establecer prioridades y proponer una estrategia para abordarlas. Ése es el desafío que la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) a través de la Subdirección de Redes, Estrategia y Conocimiento, propone a los participantes de esta convocatoria.

Se trata del Concurso Nodos para la Aceleración de Impacto Territorial de la CTCI, iniciativa que financiará proyectos desarrollados por universidades, centros e institutos de investigación, asentados en la respectiva macrozona a la que postulan, y que consideren la realidad de las regiones que la conforman.

El concurso, cuyo período de postulación es entre el 19 de agosto y el 23 de septiembre de 2020, financiará un proyecto por cada macrozona (Norte, Centro, Centro Sur, Sur y Austral), entregando un financiamiento de hasta 160 millones, que debe ejecutarse en dos fases.

«Iniciativas como éstas no sólo permiten la identificación de prioridades estratégicas para el desarrollo de la ciencia en cada macrozona, además apuntan a que las soluciones se desarrollen desde los territorios, incorporando los diversos contextos locales y permitiendo fortalecer las capacidades del ecosistema de CTCI a lo largo de todo Chile», destaca el ministro de Ciencia, Andrés Couve

Por su parte, la directora nacional de ANID, Aisén Etcheverry, agrega que «una de las fortalezas de este concurso es la elaboración participativa de la hoja de ruta, que se construirá sobre las Estrategias Regionales previamente elaboradas por la Agencia y los Gobiernos Regionales».

Dentro del ejercicio de su ejecución, los proyectos deberán formar un Comité de Coordinación Macrozonal, cuya misión será asesorar a cada iniciativa. La instancia se encargará de coordinar a los diferentes actores presentes en cada región, considerando para ello aspectos como representatividad territorial, temática y de género.

«La gobernanza de estos proyectos aporta un factor clave, pues busca colaborar en la orientación y articulación estratégica. Para ello se incluyen actores externos, como las seremis, que pueden hacer sugerencias durante el desarrollo del proyecto», dice la directora nacional de ANID.

Se consideran dos etapas de ejecución. La primera, de hasta 12 meses, contempla el diagnóstico, la elaboración de las hojas de ruta o planes de acción y las estrategias de apropiación y articulación. La segunda -también de hasta 12 meses-, considera la estrategia de implementación de las hojas de ruta y de acompañamiento a los proyectos o actividades priorizadas, además de la transferencia de capacidades a la gobernanza externa al proyecto que dará continuidad a su puesta en marcha.

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