Los consejeros regionales Luis Santibañez (Republicanos) y Marcelo Rivera (Ind. Partido Radical) manifestaron su preocupación por el modelo de administración de la Corporación Teatro Regional del Biobío, así como por los elevados costos proyectados para la versión 2026 del Festival REC.

Un análisis del balance de la corporación, realizado por la presidenta de la comisión de fiscalización y contadora auditora, Yasna Jaramillo, reveló que los problemas no se deben a falta de recursos, sino a un estilo de gestión con altos costos operacionales. En la última década, el CORE ha transferido más de $12 mil millones de pesos para financiar operaciones e inversiones del teatro, incluyendo eventos emblemáticos como la marca REC.

La reciente solicitud de presupuesto 2026, que alcanza los $3.240 millones de pesos para operaciones y programas de inversión, más un ítem de $80 millones para imprevistos, fue calificada como “completamente irracional” en el actual contexto fiscal del CORE. Más del 35% de esta cifra se destina a sueldos, funcionamiento y operaciones, lo que genera una carga financiera considerada insostenible. A esto se suma la petición de recursos para el Festival REC, que asciende a cerca de $2 mil millones de pesos. Dicha cifra, que incluye el ajuste por IPC, no contempla propuestas de ahorro ni medidas de eficiencia.

En ese contexto, Santibáñez manifestó que el presupuesto “escapa a la racionalidad de un ejercicio presupuestario coherente de acuerdo al estado de las finanzas del GORE BIO” y anunció que pedirán una revisión de los antecedentes “para ver alternativas que nos permitan transparentar, justificar y hacer un buen evento a la altura de la necesidad que tienen los ciudadanos de conocer de buena forma el gasto público”.

Santibañez también advirtió sobre la continuidad de contrataciones a honorarios sin un respaldo claro de las funciones que cumplen, lo que incrementa los costos sin un beneficio proporcional. Asimismo, se cuestionó la falta de transparencia en la gestión del festival, ya que no existe un detalle de los auspicios privados comprometidos, dejando la inversión pública sin un respaldo claro.

Por su parte, el consejero Marcelo Rivera pidió “a quienes administran el Teatro que tengan la capacidad de entender que este consejo es un consejo distinto, con experiencias del pasado que no pretenden repetir”.

Otro punto señalado por los consejeros es la ausencia o falta de integración del CORE Biobío en los procesos de evaluación, licitación y seguimiento de la inversión, lo que dificulta la fiscalización adecuada de los recursos.