Un grupo internacional de científicas y científicos descubrió que el Linfoma de Células del Manto puede tener como síntoma la eritrodermia: lesiones por enrojecimiento en la piel. Se trata de la primera vez que una paciente tiene solo este síntoma como marcador visible de la enfermedad.

Debido a la complejidad del caso médico que inició el estuio, se generó un equipo multidisciplinario en el que participó un investigador de la Universidad de Concepción.

El Linfoma de Células del Manto es un tumor del sistema linfático y se debe a la acumulación y proliferación descontrolada de un tipo de glóbulos blancos llamados “linfocitos B”, que se transforman en células cancerígenas. Estos se dividen descontroladamente, produciendo un aumento de tamaño de los ganglios linfáticos. Generalmente, se diagnostica entre los 60 y 65 años y afecta tres veces más a los hombres.

Aunque es un cáncer no tan frecuente (representa el 5% de los casos), lamentablemente suele diagnosticarse en las etapas más avanzadas, cuando el pronóstico es menos favorable. Por eso ha sido tan revolucionario el descubrimiento de esta nueva sintomatología, en una investigación liderada por la científica mexicana, Dra. Katia Aviña-Padilla, quien se encuentra en la Universidad de Illinois (EEUU) por una beca Fullbright.

La paciente que lo inició todo

El investigador de la Facultad de Medicina UdeC, José Carlos Rivas Ferreira, Magíster en Fisiología y kinesiólogo intensivista, fue parte del equipo, y relata que todo inició con una paciente de 74 años, quien llegó hasta la clínica donde trabajaba la Dra. Nayra Aviña-Padilla –especialista en Medicina Interna y hermana de la investigadora principal-, buscando atención médica por unas lesiones eritematosas escamosas, localizadas inicialmente en el tronco y extremidades superiores y que se fueron extendiendo por el resto del cuerpo con el paso de los meses.

La paciente era fumadora, había estado expuesta al humo del tabaco desde su niñez y anteriormente había sobrevivido a un cáncer de piel. Entre sus síntomas se contaban: alopecia en las cejas, edemas (hinchazón por acumulación de líquido), eritemas (lesión en la piel por enrojecimiento) y presencia de unas escamas gruesas, amarillentas y adherentes en sus piernas.

Tras una extensa revisión física y descubrir anormalidades en sus exámenes de sangre, se realizó una biopsia, lo cual comprobó el diagnóstico de este raro cáncer. “La particularidad de este estudio, es que por primera vez se caracterizó una manifestación dermatológica asociada a un tipo de Linfoma de Células del Manto”, detalla Rivas. El conocimiento sobre manifestaciones cutáneas de este cáncer es limitado, de hecho, se han descrito otras manifestaciones clínicas y ninguna de estas las tenía la paciente.

Trabajo multidisciplinario

José Carlos Rivas Ferreira es conocido por su trabajo de divulgación científica, el cual realiza desde varios años, a través de la creación de ilustraciones científicas que comparte en sus redes sociales. “Al equipo le sorprendió mi habilidad para ilustrar fenómenos biológicos y fisiopatológicos a nivel celular y molecular, de tal manera que determinaron que sería relevante para describir las características de este cáncer tan atípico”, explica.

El principal rol del investigador oriundo de Penco fue aportar con la teoría y trabajo bibliográfico sobre “las alteraciones celulares y procesos moleculares que contribuyen a la transmigración de las células tumorales desde el endotelio vascular, hasta los tejidos de la piel. Y, además, propuse crear la ilustración para esclarecer el proceso fisiopatológico, propuesta que fue aceptada totalmente por el equipo y posteriormente por la revista que publicó nuestro trabajo”, explica.

Para el integrante del Laboratorio de Investigación Materno Fetal (Limaf) UdeC, es tremendamente importante identificar estrategias para un diagnóstico clínico diferencial en linfomas tan atípicos como los no-hodking. “Desvelar las moléculas claves, su participación y su regulación en estos eventos biológicos, facilita significativamente la implementación de métodos vanguardistas y el uso de nuevos biomarcadores. En este caso clínico, por primera vez se asoció una manifestación dermatológica, como lo es la eritrodermia, como paraneoplasia de este tipo de cáncer”, concluye.

Cabe destacar que continuarán las colaboraciones de este equipo multidisciplinario y que seguirán explorando las características genómicas y moleculares que subyacen a los cánceres no-hodking.