Por Dirección de Equidad de Género y Diversidad UdeC.

Cada 17 de mayo se conmemora el Día Internacional contra la Homofobia, Lesbofobia, Transfobia y Bifobia. En esta fecha se evoca, recién en el año 1990, la eliminación de la homosexualidad del listado de enfermedades mentales. Al mismo tiempo, el propósito de esta conmemoración es coordinar todo tipo de iniciativas que denuncien la discriminación hacia personas homosexuales, lesbianas, bisexuales y trans, además de promover el reconocimiento de sus derechos en todo el mundo.

En Chile, en las últimas décadas, se han logrado importantes avances en esta materia. Claros ejemplos de ello son la Ley de no discriminación (Ley N° 20.609, más conocida como “Ley Zamudio”); la Ley de Identidad de Género (Ley N° 21.120); y el reciente reconocimiento del matrimonio igualitario y derechos de filiación (Ley N° 21.400), que han sido posibles, en gran medida, producto de la incidencia/acción de organizaciones de la sociedad civil.

Pese a los avances en materia legislativa, actualmente en nuestro país persiste la discriminación con motivo de la orientación sexual e identidad de género. Esta se reproduce a partir de actitudes y conductas discriminatorias -en muchos casos naturalizadas- que en el día a día se traducen en barreras de acceso a derechos básicos tales como salud, educación o contar con un trabajo en igualdad de condiciones, entre otros. Todo lo anterior limita las oportunidades y dificultan las posibilidades de desarrollo de las personas pertenecientes a las diversidades sexo-genéricas.

En su fase más extrema, las discriminaciones se expresan en violentas agresiones y crímenes de odio, como es el caso del lesbicidio de Ana Almonacid Águila, asesinada en Puerto Montt en marzo del presente año con motivo de su orientación sexual. Este es uno de tantos casos que no alcanzan la visibilidad mediática que amerita, pero que en consideración a su gravedad evidencian la necesidad de avanzar sostenidamente en la erradicación la violencia hacia la comunidad LB+.

Estamos conscientes que transformar una realidad que excluye y violenta a una parte significativa de la sociedad requiere continuar trabajando en distintos ámbitos sociales. Como comunidad universitaria, nos desafía el propósito de co-construir una cultura universitaria respetuosa de los derechos de todas las personas y que asegure el acceso a iguales oportunidades.

Es por ello que hoy, a 32 años del término de la patologización de las relaciones homosexuales, invitamos a toda la comunidad universitaria a cuestionar la heteronorma como fundamento del orden de género, y a reflexionar en torno a las propias prácticas y dinámicas del entorno más próximo para, desde ahí, sumarse a la construcción de un espacio cada día más equitativo, justo y respetuoso de la diversidad que caracteriza a nuestra sociedad.