Este 22 de octubre se celebra el Día Mundial de la Toma de Conciencia de la Tartamudez, poniendo sobre la mesa esta patología que, en ocasiones, puede causar problemas de integración social, debido al estigma que todavía conlleva.

Más de 72 millones de personas en todo el mundo han sido diagnosticadas con esta condición. Se trata de una dificultad comunicativa, un hecho involuntario y cíclico, que puede aparecer y desaparecer en el tiempo. No hay un patrón de tartamudez, ya que cada persona lo expresa de una forma diferente, con situaciones que se quedan en la prolongación de algunas sílabas, al tartamudeo profundo o incluso el bloqueo en determinadas ocasiones.

«Es un trastorno neurobiológico de la fluidez del habla, caracterizado principalmente por repeticiones, prolongaciones y bloqueos», indicó Arnaldo Carocca, académico del Departamento de Fonoaudiología y director del Diplomado en Trastornos de la Fluidez del Habla UdeC, en entrevista con Nuestra Pauta. El profesional agregó que «tiene un componente genético, tiene que ver el medio ambiente, y las actitudes con que las personas que tartamudean enfrentan este trastorno, por lo tanto, se habla de un trastorno multifactorial».

Sobre las recomendaciones al momento de relacionarse con personas diagnosticadas con tartamudez, el fonoaudiólogo aludió a que la regla principal es el respeto: mirarles a los ojos cuando hablen, evita comentarios como ‘habla más despacio’ o ‘no te pongas nervioso’, ya que estas frases sólo van a acentuar los nervios y la presión. Tampoco se deben terminar las palabras de quien está hablando, simplemente, hay que dejar que se expresen de una forma natural.

Escucha aquí la entrevista completa: