Por Elsa Huircán Huenullán, Estudiante Carrera de Nutrición y Dietética, Facultad de Farmacia UdeC.

La Organización Mundial de la Salud declara el 15 de noviembre como el Día Mundial sin Alcohol como una forma de concientizar al mundo sobre los daños tanto físicos como psicológicos y sociales que este provoca. Es importante concientizar sobre este aspecto tan importante ya que el alcohol, por su fácil acceso y gran propaganda, se ha convertido en un problema de salud y social a nivel mundial.

A nivel de salud pública es uno de los principales factores de riesgo, siendo responsable anualmente de 3 millones de muertes en la población mundial, lo que representa un 5,3% de todas las defunciones. Además, el consumo de alcohol es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos, siendo responsable del 5,1% de la carga mundial de morbilidad y lesiones.

En Chile, según la última encuesta nacional de salud (2016-2017), 1 de cada 10 personas presenta un consumo riesgoso de alcohol. Al analizar estos datos por edad, los adolescentes y adultos jóvenes beben más que el resto de la población representando riesgos para la salud. También se ha visto el aumento de consumo de alcohol en mujeres, llegando ya a cifras cada vez menos distantes en relación a los hombres, y donde cerca de 260.206 personas padecerían algún trastorno por consumo de alcohol.

En pandemia algunos datos han cambiado un tanto positivamente, ya que según la encuesta SENDA 2020, un 74,6% de los encuestados ha mantenido o disminuido su consumo de alcohol durante la crisis sanitaria. Entre los motivos de quienes disminuyeron el consumo de alcohol (41,8%), las personas consultadas declararon que hay menos oportunidades para consumir, los efectos en su salud, ahorrar debido a la incertidumbre financiera futura, y la pérdida de ingresos o menos dinero para comprar.

Sobre las personas que han consumido más alcohol (21,4%), una parte declara que es por ansiedad, estrés y depresión generada por  el COVID-19, mientras que otros dicen que es porque tienen más tiempo para hacerlo o por aburrimiento. Si bien las cifras de quienes consumían más alcohol han decaído, también hay cifras de quienes han aumentado su consumo por efectos de la pandemia, lo que sigue siendo muy preocupante.

El alcohol es una sustancia psicoactiva con propiedades causantes de dependencia, que se ha utilizado durante siglos en muchas culturas. Trae consigo una serie de desventajas para la salud y una de ellas es la perdida de los años de vida saludable (AVISA) perdidos por muerte o discapacidad, relacionado con un 12,4%, esto es el doble de los AVISA producidos por obesidad (6,3%) o por presión arterial (5,6%).

El consumo de alcohol también está asociado al riesgo de desarrollar trastornos mentales y comportamentales, que llevan a actos de violencia incluso a eventos de suicidio. El alcoholismo es considerada una enfermedad crónica, progresiva y a menudo mortal, que provoca fenómenos conductuales, cognitivos y fisiológicos que pueden aparecer después del consumo repetitivo de alcohol, lo que incluye deseo intenso de consumir alcohol, dificultad para controlar el consumo, persistencia del consumo a pesar de las consecuencias perjudícales, mayor prioridad frente a otras actividades y obligaciones, aumento a la tolerancia al alcohol y abstinencia cuando el consumo se interrumpe. También lleva a enfermedades no transmisibles como la cirrosis hepática, a enfermedades cardiovasculares, aumenta el riesgo de algunos tipos de cáncer como boca y garganta, laringe, esófago, hígado, colorrectal y de mama en mujeres.

Como se explayaba anteriormente, el consumo de alcohol por parte de las mujeres ha aumentado, lo que es preocupante puesto que, si está embarazada, puede provocar síndrome alcohólico fetal y complicaciones perinatales como aumento en el riesgo de aborto espontaneo y mortalidad perinatal, dificultades en el crecimiento pre y posnatal, y problemas en el desarrollo intelectual. También se han establecido recientemente, relaciones entre el consumo nocivo de alcohol y la incidencia de enfermedades infecciosas como la tuberculosis y VIH /sida.

Nutricionalmente el alcohol no es un nutriente, por lo que no es esencial para la vida. Presenta 7 kcal/g de alcohol, donde los bebedores habituales pueden ingerir entre 50-100 gramos de etanol al día, por lo que estaríamos hablando de 350 a 700 kcal. Estas son calorías vacías puesto que no aportan otros nutrientes como, fibra, minerales o vitaminas, por esto mismo existe mayores deficiencias nutricionales. También estas deficiencias pueden darse porque interfiere en el proceso de digestión y absorción, entonces podríamos tener aportes adecuados de nutrientes, pero se vería afectada porque el alcohol interfiere en la absorción, evitando la absorción de nutrientes. Adicionalmente, suele ocurrir que los bebedores son personas que no llevan una dieta estructurada, ni equilibrada. Sin embargo, con una malnutrición no nos estamos refiriendo a que son personas más delgadas, el alcohol aporta 7 kcal/g, muy cercano a lo que aporta un gramo de grasa que son 9 kcal, lo que podría contribuir al sobrepeso y obesidad.

El alcohol no es solo un riesgo para la salud, sino también para el entorno, involucrando a toda la familia y círculo cercano, puesto que el consumo nocivo de alcohol provoca menos autocontrol y capacidad de procesar la información, por lo que es más probable que recurran a actos de violencia intrapersonal, incluso llegar a violencia sexual. También según CONASET en 2020 hubieron 112 fallecidos en siniestros viales ligados a alcohol en la conducción, donde mucho de estos accidentes de tránsito involucran la vida de terceros, entonces no solo involucra la vida propia, sino la de los demás.

Si tan solo el consumo de alcohol fuera moderado y ocasional, no estaríamos ante cifras tan desalentadoras sobre las consecuencias negativas del alcohol. Como se suele decir, “la dosis hace el veneno”, por lo que es muy necesario concientizar a la población sobre todos los problemas que trae el beber alcohol desmedidamente. Este año se aprobó una nueva ley de alcoholes que dicta que en las bebidas alcohólicas se advierta sobre las consecuencias del consumo nocivo, y también se prohíbe la propaganda de estimulación al consumo de alcohol en bienes de uso público.

Por último, te invito a realizar la encuesta AUDIT, que es una encuesta que identifica el nivel de riesgo del consumo de alcohol, para que puedas prevenir futuros problemas de salud.

https://www.msdmanuals.com/medical-calculators/AlcoholScreen-es.htm

Recuerda, la dosis hace el veneno ¡no elijas el veneno!