“Las relaciones de género son menos visibles, porque están naturalizadas, se piensa que el lugar del varón y el de la mujer son naturales”, dijo la filósofa feminista Diana Maffía, en una visita a la capital penquista, para presentar la conferencia magistral “Obstáculos de género para el desarrollo y la cohesión social: la importancia de la educación superior”, organizada por el proyecto InES de Género UdeC.

Sobre los obstáculos de género, en conversación con Radio UdeC, la investigadora argentina sostuvo que “la expectativa hace que mujeres que quieran participar en política o una carrera profesional sientan que están en falta, porque han descuidado ese rol doméstico. Entonces, nunca es plena la sensación de satisfacción o de logro, como lo es en un varón cuando profesionalmente tiene una realización importante”, y agregó que “éstas cuestiones forman barreras, porque no son relaciones equitativas, son desiguales y además, muchas veces, opresivas y de poder”.

La autora de libros como “Intervenciones Feministas para la Igualdad y la Justicia” y “Sexualidades Migrantes: Género y Transgénero” expuso que hay un vínculo crítico entre género y ciencia, pues son “dos categorías definidas históricamente para no unirse”.

Al respecto, profundizó que “todavía ahora género y ciencia están un poco en crisis como conceptos: la ciencia como algo neutral que requiere objetividad, abstracción, universalidad; y las mujeres como algo que está enraizado en la subjetividad, en la emocionalidad, en la empatía, en todo aquello que es bueno para el cuidado, para lo doméstico, pero no para la ciencia abstracta”.

Además, la también directora del Observatorio de Género en Justicia del Consejo de la Magistratura de la ciudad de Buenos Aires se refirió a la situación que deben enfrentar aquellas mujeres que ejerciendo cargos de poder, deben lidiar con instituciones excesivamente masculinizadas.

En ese contexto profundizó en el concepto de “cultura del vestuario”, aludiendo a que “los varones entre sí tienen una fraternidad que queda interrumpida cuando entra una mujer, porque tienen que cambiar el lenguaje y tener cuidado. Pareciera que nosotras interrumpimos esa fraternidad que tiene códigos que ya están establecidos”.

“El Estado tiene que dar condiciones para producir igualdad allí donde están esas desigualdades naturalizadas”, indicó Maffía en relación a la brecha de género, pues considera que no es una responsabilidad sólo de las mujeres impulsar esos cambios, sino que de la sociedad en general.

Finalmente, la filósofa señaló que “poder ver que hay relaciones de poder y comprometerse en modificarlas es una condición del feminismo”.

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