Tras 16 años de su retorno a Chile, desde Europa, Edith Fischer continúa percutiendo virtuosamente sus teclas en numerosos países. Bajo la luz del reconocimiento y la admiración de incontables músicos, nunca le fue relevante la madera del piano que tuvo en frente ya que siempre ha dejado claro que, desde temprana edad, siempre tuvo madera para deslumbrar en cualquier escenario.

La pianista internacional Edith Fischer fue la solista invitada al primer concierto del Conjunto de Música de Cámara, realizado el 3 de julio de 1952, en el Teatro Concepción, bajo la dirección de Wilfried Junge. De este lugar solo queda una fachada que marca el lugar original de este espacio, pero fue este evento el que dio paso a una trayectoria de 68 años de historia musical.

Percibida por su medio como niña prodigio del piano, Fischer ya delataba acordes de talento con solo 12 años. Interpretando el concierto 453 de Mozart con la Orquesta Sinfónica de Chile, y perfeccionándose bajo la docencia del igualmente connotado pianista Claudio Arrau, fue que Edith despegó una trayectoria profesional apegada a la maestría y prolijidad musical.

Además de la influencia en mis dinámicas de estudio, una de las cosas más importantes que aprendí junto a Claudio fue como llevar mi ética profesional. Él trataba de conocernos y ver lo que realmente ofrecíamos nosotros”, recordó la pianista, quien en 1952 viajó becada hacia Estados Unidos para estudiar música de la mano de su mentor, el mismo Claudio Arrau.

Su padre Zoltan Fischer, violista, y su madre Helena Wiesse, pianista, dispusieron para Edith un contexto familiar simbiótico con las melodías y con una amplia gama de alternativas para poder desenvolverse junto al instrumento que le resultase más afín. En esa línea, la músico comenta el porqué de su inclinación hacia el piano: “Lo elegí porque responde más a mi manera de ser y a mi interés por la música en general. Mi padre fue violista, pero para mí ningún instrumento tiene un repertorio tan extenso como el piano”.

La música es esencial

Al igual que las notas siempre suenan con la misma oscilación desde el origen del sonido, Fischer, a sus 87 años, que aún son menos que las teclas de un piano, sigue compartiendo sus tañidos con la misma experticia que la ha caracterizado a lo largo de su carrera en diferentes instancias ligadas a la música. Luego de dos años de pandemia, 2022 ha sido irremediablemente acontecido en torno a las presentaciones de la pianista, teniendo una agenda repleta de conciertos por el país hasta 2023.

En sus viajes, además de su itinerario como concertista, realiza clases en diversas instituciones relacionadas a las artes y la música. “Para mí, es muy importante transmitir a los jóvenes todo el conocimiento y técnica que tuve la suerte de aprender. Disfruto mucho de enseñar y creo que para los jóvenes es muy importante. En verdad, la música es muy esencial para todos los seres humanos porque se trata de un lenguaje universal”, comenta la pianista para Féminas Sinfónicas.

Ya son 33 años de la creación, en conjunto con su marido, del festival Internacional de la semana del Piano de Blonay-St.-Légier, en Suiza, y anticipa que para esta versión, además de tener como eje instrumental al piano, habrá una grán presencia de música de cámara. Simultáneamente, los pianistas invitados impartirán masterclass dedicadas al público asistente.

Todos los detalles de esta interesante conversación junto a uno de las íconos actuales del piano a nivel internacional, en el capítulo 161 de Féminas Sinfónicas este Sábado 19 de noviembre a las 15:00 horas por Radio UdeC, con su reemisión el domingo a las 10am, y por las plataformas digitales de Corcudec.