El equipo ICOVID Chile, iniciativa liderada por la Universidad de Chile, la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Universidad de Concepción, presentó su informe número 38 con análisis y datos de las dimensiones propuestas para monitorear la pandemia en el país, con información obtenida hasta el sábado 24 de abril de 2021, proporcionada a través de un convenio con el Ministerio de Salud y el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.

En este nuevo reporte se evidencian señales de que la dinámica de contagios a nivel nacional está llegando a su máximo y podría comenzar a disminuir en las próximas semanas. Sin embargo, las cifras siguen a niveles altamente preocupantes que, ante un leve incremento en la transmisión, podrían generar un drástico aumento en los casos activos, llevando a un colapso de la capacidad hospitalaria. “Debe mantenerse un extremo cuidado en controlar la carga durante las próximas semanas para que vuelva a niveles manejables (por debajo de 10 casos diarios / 100 mil habitantes)”, se detalla en el informe.

Todas las regiones mantienen una elevada incidencia de casos diarios, por sobre 25 cada 100 mil habitantes, lo que indica que la pandemia se encuentra a niveles críticos en todas y cada una de las regiones del país. Preocupa la situación en La Araucanía y Tarapacá, que han mostrado un aumento sostenido de los casos en las últimas tres semanas, superando los 50 casos diarios por 100 mil habitantes, mientras que Valparaíso y la Región Metropolitana mantienen un alto nivel de carga (en torno a 30-35 casos diarios por 100 mil habitantes).

El ingeniero y académico de Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, Marcelo Olivares, explica que “aunque existen indicios de que podríamos estar en el peak de esta ola a nivel nacional, los indicadores de carga son aún muy altos y cualquier brote puede generar un colapso del sistema. No hay que bajar los brazos y seguir con máximo cuidado en minimizar contactos, realizar testeos frecuentes y seguir avanzando con la campaña de vacunación. Es necesario mantener los esfuerzos en estas tres dimensiones para recuperar la estabilidad en la pandemia”.

Se observa una incipiente tendencia a la disminución en la tasa de transmisión (R), con una baja de 6% a nivel nacional (R efectivo de 1,004). A nivel regional, Biobío, Los Ríos, O´Higgins, Tarapacá y Valparaíso pasaron a un indicador de transmisión de color naranja, pero muy cerca del rojo, con R menor de 1. En el otro extremo, los niveles de transmisión más elevados se encontraron en los extremos del país de Aysén (1,40), Magallanes (1,26) y Arica y Parinacota (1,27). “Esto indica que, en la mayor parte del país, se mantiene una activa transmisión del virus entre las personas, impidiendo considerar la vuelta a la normalidad en un plazo breve”, advierten expertos y expertas.

La epidemióloga y académica del Departamento de Salud Pública de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Catterina Ferreccio, afirma que “es posible notar un efecto de las cuarentenas y tal vez de la vacunación en una leve desaceleración de la transmisión y de los casos nuevos. Sin embargo, dado la alta tasa de casos activos en todo Chile, la insuficiente trazabilidad y aislamiento de los contagiantes, la posibilidad de un rebrote es aún muy alta”.

A pesar de la alta tasa de testeo (21,9 test por 1000 habitantes), la positividad se mantiene elevada (10,8%) a nivel nacional, con regiones con cifras muy altas, como La Araucanía (19,8%) y Maule (14,1%), lo que hace necesario aumentar la capacidad de testeo en el país.

El investigador en dinámica de poblaciones y académico de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Mauricio Lima, plantea que luego del proceso de vacunación, iniciado a comienzos de 2021 y de un mes de medidas restrictivas, “recién se están observando los primeros signos de reducción en la transmisión del virus en la población. Esto es sin dudas positivo, pero nos recuerda lo difícil y duro que ha sido para toda la población contener la dinámica de la epidemia. Sin embargo, todavía nos falta recorrer un tiempo para poder estar en márgenes de seguridad, ahora es importante seguir bajando el número de infectados activos para evitar otros eventos de expansión epidémica antes de llegar a cortar la transmisión poblacional”.

En la dimensión de trazabilidad, debido a los retrasos de las notificaciones de casos,  los tres indicadores se calcularon excluyendo datos de las últimas semanas y con cortes de fechas anteriores a los otros indicadores considerados en el actual informe de ICOVID.

La consulta temprana a nivel nacional está en torno al 50%, y el reporte de resultados de las pruebas de PCR dentro de 24 horas desde la consulta médica llega a 63,4%, de modo que la confirmación temprana de COVID-19, se mantiene en torno a 41%, lejos de la meta de 80% de notificación en un máximo de tres días. La implementación del uso del test de antígenos (resultado en máximo 30 min) en varias regiones del país abre la oportunidad para una trazabilidad y aislamiento efectivo. Con esto se podría ver una rápida mejoría de este indicador y, con ello, un impacto en la reducción de la transmisión del virus en Chile.

Mientras, en el indicador de tiempo de examen y laboratorio se observa una variabilidad importante entre regiones, con valores muy bajos en Atacama (25,5%) y Tarapacá (36,0%), ambas en color rojo.

Por otro lado, a pesar de que los indicadores de carga muestran una baja en los casos para varias regiones, la utilización de camas UCI sigue en su peak, ya que existe un rezago entre la incidencia de casos y la carga hospitalaria. Es así como la capacidad hospitalaria a nivel nacional sigue con niveles de estrés máximo, con 95% de ocupación de las camas UCI, y de estas 75% ocupadas con pacientes con COVID-19.

La Región de Arica y Parinacota experimentó la mayor alza en la utilización de camas UCI por pacientes COVID-19, lo que era esperable dado el fuerte aumento de casos que ha presentado en las últimas semanas. Las regiones de Tarapacá, Valparaíso, Metropolitana, Maule, La Araucanía y Aysén presentan más de 95% de las camas UCI utilizadas, lo que refleja una saturación extrema del sistema de salud. Las regiones de Aysén y Valparaíso tienen sobre 98% o más de utilización, indicando que ya no quedan camas disponibles.

Aunque las hospitalizaciones COVID-19 en UCI venían con un alza sostenida durante varias semanas, en esta última semana se observó un cambio pequeño y ligeramente a la baja (entre 1 y 3%). Al separar por grupos etarios, sólo pacientes con COVID mayores de 70 años muestran una disminución en la utilización de camas UCI, que han ido bajando entre 3 y 5% semanalmente desde la última semana de marzo a la fecha.

Más información sobre datos y el reporte completo en: http://www.icovidchile.cl/