Este 8 de mayo, la Iglesia Católica anunció la elección de su pontífice número 267: Robert Francis Prevost, quien adoptó el nombre de León XIV. La tradicional fumata blanca emergió de la Capilla Sixtina a las 18:07 horas de Roma, señalando el fin del cónclave que, tras cuatro votaciones en dos días, alcanzó el consenso necesario entre los 133 cardenales electores. 

Nacido en Chicago el 14 de septiembre de 1955, Prevost es el primer papa estadounidense, quien también posee nacionalidad peruana, adquirida durante sus más de 30 años de labor misionera en Perú, donde fue obispo de Chiclayo. Antes de su elección, se desempeñaba como prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina.

Sobre el nuevo pontífice, el Dr. Patricio Merino Beas, decano Facultad de Estudios Teológicos y Filosofía de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), indicó que “es un motivo de gran alegría, porque siendo él obispo de Roma es también sucesor de Pedro, es decir, es vínculo de unidad de toda la fe cristiana católica”.

En lo que respecta a la duración del proceso para definir al nuevo jefe de la iglesia, el profesor de Teología agregó que “estuvo dentro de lo que han sido los últimos dos cónclaves, más o menos igual que lo que fue la elección de Benedicto XVI”.

El académico se refirió también a las primeras tareas que tendrá que efectuar el recién elegido papa, detallando que “hay un momento en que él tiene que elegir a sus colaboradores, quiénes van a ser las cabezas de los dicasterios y ministerios que tiene la iglesia para hacer su misión en el mundo, la eucaristía de inicio de su pontificado, cuál va a ser su lema episcopal y que además es el que tiene que estar en su anillo. Hay una serie de simbolismos”, añadiendo las particularidades del nombre elegido: León XIV.

El especialista en Teología Latinoamericana abordó las principales características de León XIV, aludiendo a que siendo estadounidense de origen, es hijo de migrantes y trabajó muchísimos años en el norte de Perú como misionero y, por lo tanto, es un excelente puente entre el norte y el sur, dando cuenta también de los aspectos que el religioso tiene en común con Francisco, su antecesor. 

En su primer discurso desde el balcón de la Basílica de San Pedro, León XIV expresó su gratitud hacia el Papa Francisco, y envió un saludo especial en español a su antigua diócesis en Perú. Además, hizo un llamado a la paz, la inclusión y el diálogo, destacando su intención de continuar con el espíritu reformador de Francisco. 

La elección de León XIV fue recibida con entusiasmo por fieles y líderes religiosos, quienes destacan su compromiso con una Iglesia más cercana, inclusiva y dialogante. 

El arzobispo de Concepción, Monseñor Sergio Pérez de Arce, expuso que “para nosotros, los católicos, el papa es un signo de unidad, un hermano mayor que nos alienta en el camino de la fe”.

La elección del papa marca un hito, al ser el primer pontífice estadounidense y el segundo procedente del continente americano, después de Francisco. 

Con su elección, León XIV inicia una nueva etapa en la Iglesia Católica, enfrentando desafíos como la secularización, la crisis de vocaciones y la necesidad de reformas internas, con la esperanza de fortalecer la fe y la unidad entre los fieles alrededor del mundo.