Dr. José Luis Arumí Ribera
Académico Departamento de Recursos Hídricos, Facultad de Ingeniería Agrícola, Universidad de Concepción

Hace algunas semanas tuve la oportunidad de visitar Ecuador en el marco del proyecto “Transect of the Americas”, donde estudiamos las cuencas de montaña, su producción de agua y las comunidades que dependen de ellas. Fue un trabajo interesante enfocado principalmente en el estudio de los páramos tropicales, que son ecosistemas de montaña que producen el agua que abastece a la mayor cantidad de población en Ecuador.

Un aspecto que me interesó fue conocer la experiencia ecuatoriana sobre la implementación de la constitución de 2008, que muchas personas en Chile consideran un ejemplo del constitucionalismo latinoamericano, donde se consagran los derechos al buen vivir y los de la naturaleza; además, garantiza la seguridad alimentaria y la provisión de agua potable y saneamiento básico.

Tuve la oportunidad de visitar dos bocatomas de canales, una en Cuenca (a 2.600 metros de altura) y otra en Machala, en la costa. En la primera se consideraban caudales para la generación de energía, la protección de la naturaleza, la provisión de agua potable y la seguridad alimentaria a través de sistemas de riego. Cuando comencé a preguntar a mis colegas (ingenieros y académicos que trabajan en recursos hídricos), noté frustración en ellos, pues no existe ningún control sobre la distribución y asignación en los canales de riego o en el agua que sigue por los ríos; manifestándome que hay robos de agua y una falta total de administración del recurso. La segunda bocatoma que visité en Machala corresponde a un gran proyecto hidráulico, donde tampoco hay una administración sobre el manejo del recurso y nuevamente sentí la frustración de los encargados.

Lo que vi fue frustración, pues llevan 14 años con una constitución, que muchos elogian, pero que no han podido bajar a la aplicación práctica. En el caso del manejo del agua, que es mi especialidad, pude ver que existe debilidad en la gestión del agua en los canales de riego.

En el marco de la discusión actual que existe en Chile, mi viaje reforzó mi preocupación sobre la forma como se deberán bajar las leyes en el caso de la aprobación del proyecto de nueva constitución, en que será fundamental mantener y proteger instituciones centenarias que han hecho muy bien su trabajo, como son las organizaciones de usuarios de agua, que administran en forma seria y responsable miles de kilómetros de canales en nuestro país.