Tras su ingreso en enero de 2020 al Congreso, a través del Senado, el pasado 9 de marzo la misma Cámara Alta aprobó por unanimidad el texto final de la Ley Marco de Cambio Climático, quedando lista para su promulgación.
En general, el proyecto crea un marco jurídico que permita hacer frente a los desafíos que presenta el cambio climático y transitar hacia un desarrollo bajo en emisiones de gases de efecto invernadero.
Asimismo, busca fortalecer y dar continuidad a las políticas, planes, programas y acciones, con una mirada de Estado que trascienda a los gobiernos de turno.
En lo fundamental, establece la meta de carbono neutralidad y la resiliencia para el 2050; reconoce los principios de no regresión y de progresividad e incorpora los principios de enfoque ecosistémico, equidad y justicia climática, territorialidad, transparencia y participación.
¿2050, una meta realista?
Pese a la aprobación unánime, la discusión en el Senado estuvo marcada por el plazo estimado para la carbono neutralidad, fijada para el año 2050, pues se señaló que esta meta debiera haberse fijado, al menos, a 2045 o, incluso, 2040.
La senadora Ximena Órdenes, presidenta de la Comisión de Medio Ambiente, comenta que “Chile no puede estar ajeno al desafío de mitigar y adaptarnos al cambio climático… tiene que estar la estatura y visión política para adelantar el plazo del 2050 para la carbono neutralidad”.
Para Ricardo Barra, Doctor en Ciencias Ambientales y director del Centro Eula Chile, gracias a la incorporación de un 25% de energías renovables a la matriz nacional, porcentaje alcanzado en 2021, la meta de carbono neutralidad al 2050 es “bastante realista”.
De igual modo, Camila Fernández, directora del Centro COPAS Coastal, sostiene que la meta es acorde con el potencial nacional, pero “va a requerir cambios profundos en la sociedad y en cómo se gobierna el medioambiente, particularmente el agua”.
En tanto, Verónica Delgado, Doctora en Derecho y directora del Programa en Derecho, Ambiente y Cambio Climático UdeC, menciona que existe evidencia suficiente para haber puesto la meta en 2040, aunque, como esta planificación se revisará cada 5 años, espera que efectivamente se pueda adelantar.
Eso sí, agregó, también hay que considerar el contexto mundial, aún con pandemia y con conflictos armados.
Acciones ciudadanas e impacto industrial
Si bien la meta de carbono neutralidad es principalmente industrial, existe un amplio consenso en considerar que todas las acciones ciudadanas terminan afectando el medio ambiente, tanto de manera negativa como positiva.
Ricardo Barra plantea que los ciudadanos podemos contribuir de manera importante al reducir nuestra huella de carbono y emisiones, argumentando que “hay acciones sencillas que podemos realizar, como comprar productos locales y evitar aquellos que vienen desde miles de kilómetros, con la contaminación que eso implica”.
Camila Fernández agrega que “todas las acciones cuentan”, por lo tanto, la capacidad del país para cumplir con sus objetivos ambientales depende de todos.
En la misma línea, Verónica Delgado comenta que, si sumamos que Chile es un país vulnerable al cambio climático, todo esfuerzo es necesario. Asimismo, destacó la importancia de adaptarnos, por ejemplo, a escenarios con cada vez menos agua disponible.
Eso sí, precisó que los sectores industriales del agro o la minería tienen que ser más eficientes en el uso de los recursos naturales, como el agua.
Finalmente, cabe señalar que la Ley Marco de Cambio Climático dispone que el Ministerio del Medio Ambiente será la autoridad en el cambio climático y le corresponderá elaborar la Estrategia Climática de Largo Plazo.
También estará a cargo de la Contribución Determinada a Nivel Nacional que contendrá los compromisos de Chile a nivel internacional, para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero e implementar medidas de adaptación. Del mismo modo, elaborará el Reporte de Acción Nacional de Cambio Climático, el cual contendrá las políticas, planes, programas y medidas.
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