El dolor crónico es una patología de alta prevalencia y, a pesar de ello, es de difícil diagnóstico y de aún más complejo tratamiento. Las consecuencias de ello son devastadoras para quien lo sufre y, además, es una situación poco entendida por su entorno.

Con la convicción de encontrar nuevas opciones terapéuticas que permitan mejorar la calidad de vida de miles de personas afectadas por este problema, se conformó el Núcleo Milenio para el Estudio del Dolor, MiNuSPain, uno de los cinco nuevos centros de este tipo financiados por la Iniciativa Científica Milenio de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) a partir de este 2021.

Se trata de un consorcio que reúne a cinco investigadores de Universidades chilenas: la PUC, la Universidad de Concepción, la Universidad de Santiago de Chile, la Universidad Católica del Norte y la Universidad de Chile; en un esfuerzo traslacional por encontrar nuevas alternativas terapéuticas que puedan ser relevantes para el dolor neuropático.

Al respecto, el académico de la Universidad de Concepción e Investigador Asociado del Núcleo Milenio MiNuSPain, Dr. Gonzalo Yévenes, expuso que “el dolor neuropático es una categorización especial del dolor crónico”, agregando que “se llama de esa manera, porque se origina de un daño al sistema somatosensorial”.

Se estima que el dolor neuropático afecta a entre un 7 y un 10% de la población en el mundo, por lo que se ha convertido en un problema prioritario de salud pública. Además, es incapacitante y genera un gran costo socioeconómico.

Las líneas de investigación del Núcleo van desde la ciencia biomédica, hasta contacto con los pacientes y se enfocan en determinar los blancos moleculares claves implicados en dolor neuropático. En particular, se centran en el estudio de los mecanismos celulares y moleculares en modelos preclínicos y clínicos.

Considerando que los medicamentos actuales son poco eficaces, el investigador planteó que el desarrollo de investigación para entender los mecanismos del dolor sería clave para la creación de nuevos fármacos.

En el caso de la línea de trabajo desarrollada por el laboratorio en la Universidad de Concepción, el estudio está enfocado en los receptores de glicina, una subclase de receptores inhibitorios del sistema nervioso central presentes en la médula espinal, que constituye la primera estación de procesamiento de los estímulos de dolor que vienen desde la periferia.

“Nuestra investigación ha mostrado que este tipo de receptor es muy promisorio para desarrollar nuevos analgésicos que tengan, en este caso, un blanco muy poco explorado en el área del control del dolor”, argumentó el Dr. Gonzalo Yévenes.

Encontrar nuevas terapias que sean más efectivas es fundamental, dada la magnitud del problema. Se estima que cerca del 10% del presupuesto anual de salud del país se destina al gasto por concepto de atención médica del dolor, lo que es equivalente al total de recursos asignados para el desarrollo de ciencia en Chile.

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