A diez años del terremoto y tsunami que afectó a las costas centro y sur de Chile, se estrena este 27 de febrero el documental “Tsunami Ladies”, cinta que contrapone las experiencias de tres mujeres de la Región del Bío Bío con la de otras tres que vivieron un evento similar, pero en las costas de Japón.

Son 15 mil kilómetros de océano que las separan, además de vivir en culturas completamente distintas. Pero a pesar de las diferencias, las protagonistas se encuentran al compartir sus experiencias, y donde se releva un punto de conexión que es la cocina.

Una de las protagonistas de la historia es Ana María Badilla, emprendedora de Caleta Tumbes, para quien mostrar su historia en este documental “es una experiencia maravillosa, algo inolvidable, sobre todo, porque tuve la oportunidad de conocer historias de mujeres tan distintas pero luchadoras y emprendedoras como lo fuimos nosotras. A pesar de la diferencia de idioma, logramos conocernos, vivir momentos muy emotivos y de mucho aprendizaje. Volví a Chile con la energía de seguir cumpliendo mis sueños”.

Algo similar explica Silvia Sepúlveda, emprendedora del borde costero de Talcahuano, quien también viajó a Japón como parte de este trabajo. “Significó algo único y sorprendente. Cómo un desastroso episodio puede a la misma vez, ser recordado como algo muy positivo. Con nuestras amigas de Japón, somos mujeres de culturas muy distintas, pero tan iguales a la hora de luchar por lo que queremos”.

El documental, como lo relata Emiliano Rodríguez Nuesch, uno de los productores de la cinta, es “la historia de un encuentro poético y emocionante de mujeres de dos culturas lejanas, que a pesar no hablar el mismo idioma, conectan a partir de la cocina como un lenguaje universal, del mar y de los tsunamis”. A través del relato, se dejan ver las historias de superación, crecimiento y resiliencia, que además con un toque de humor, permiten conocer las realidades de dos países donde han sido las mujeres las que jugaron un rol fundamental para la reconstrucción.

Chile país resiliente

Porque ese es uno de los objetivos de realizar este documental, según explica Víctor Orellana. Mirar con la distancia de 10 años cuáles han sido los principales aprendizajes de la sociedad y las autoridades frente a este tipo de hechos, y en qué situación estamos para poder enfrentar un posible nuevo desastre de esta magnitud.

Diez años es un tiempo adecuado para dimensionar lo que fue este evento, y para que cada persona pueda reflexionar sobre cuál fue su rol, sus aprendizajes y experiencias”, explica Orellana. Cree que la clave de por qué Chile se alza como un pueblo resilente ante desastres de este tamaño, “es justamente la fortaleza de las personas comunes y corrientes, que no trabajan en el gobierno u otras instituciones, sino que son parte de la capacidad que tiene el país en su cultura, su historia, de enfrentar estos desastres, de organizarse, aprender de ellos y sacar lecciones para prepararse para el próximo evento”.

Como especialistas en riesgo, con Victor Orellana habíamos trabajado en proyectos que conectan a Chile y Japón en materia de desastres, a nivel gobierno y círculos académicos. Esta vez decidimos conectar a ciudadanos de ambos países que viven en la costa, que sufrieron de primera mano el impacto de tsunamis”, agrega Rodríguez Nuesch.

Un océano de distancia

Encontrar diferencias entre Japón y Chile puede resultar evidente, pero también las similitudes son importantes entre ambos países, como explica Víctor Orellana, a la hora de explicar por qué decidieron hacer este contraste entre ambos países. “Cuando hablamos de los desastres, hay una línea común bien profunda. Por mucho que estén alejados geográficamente, los desastres en su historia es un rasgo que une a ambas culturas”.

El terremoto de Valdivia de 1960 es uno de estos eventos que golpeó a ambos países, al generar un tsunami desde Chile hasta Japón, donde varias personas perdieron su vida, y se sigue recordando en aquel país. “En Japón se habla de un país muy lejano que ‘ha enviado tsunamis’ hacia la costa. Y esa historia común ha generado un canal de comunicación, con un permanente intercambio de personas y de conocimientos técnicos y científicos. Pero también hay un intercambio cultural, como lo es por ejemplo un moai que fue donado por el gobierno de Chile. Allá, si bien no conocen su origen, lo entienden como el símbolo de un país que tiene el interés de conectarse y formar parte de una comunidad dentro de la cuenca del pacífico. Y eso se palpa, más allá de la lejanía y de las diferencias más evidentes”.

El documental será pre-estrenado este jueves 27 de febrero a las 11:00 hrs. en el Auditorio del Centro de Formación Técnica Pro Andes de Talcahuano, en el contexto de una serie de actividades conmemorativas. Cuenta con el apoyo de diferentes entidades como la Municipalidad de Talcahuano, la Fundación Alto Río, además de la embajada de Chile en Japón y la Agencia de Cooperación Internacional del Japón, JICA Chile.

Mira aquí el trailer del documental.