«Lenguaje inclusivo: Navegando entre mitos, temores y realidades» es el nombre de la conferencia con la que el académico de la Universidad de Linneo de Suecia, Miguel Ángel Sarmiento, expuso sobre su más reciente investigación, centrada en el trasfondo cultural del uso del lenguaje inclusivo. Dentro de los hallazgos, se destacó que las mujeres manifestaron una actitud más positiva ante el desdoblamiento genérico y el uso del morfema «-e» como alternativa al binarismo.

El evento tuvo lugar en la Pontifica Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y fue organizado por el Programa de Español como Lengua Extranjera. En él, fueron presentadas las conclusiones y reflexiones que dejó la indagatoria, que contempló respuestas de personas chilenas y suecas.

Así, Dr. en Lingüística Española afirmó en primer lugar que el lenguaje inclusivo como fenómeno de estudio se relaciona principalmente con «la sensación de justicia o injusticia» en el trato entre individuos, tema que puede ser más o menos sensible dependiendo de la cultura.

En general, dijo Sarmiento, a través del estudio pudo observarse que las mujeres, en general, poseen una actitud más positiva ante el uso del morfema «-e» y de expresiones como «bienvenidas y bienvenidos», que escapan del plural masculino. Por el contrario, los hombres con frecuencia se mostraron contrarios al uso del lenguaje inclusivo, al que calificaron como una moda en retirada y una infracción a las normas gramaticales del castellano.

Cambio en curso

Las estructuras patriarcales inscritas en nuestra cultura podrían constituir resabios del mestizaje cultural europeo, afirma el autor. Estas, a su juicio, se imprimieron en «la conciencia cultural» a través de mecanismos como el aprendizaje irreflexivo del masculino al referir a ambos géneros.

Ante este panorama, es incierto si la Real Academia Española (RAE) reconocerá o no el empleo de variantes no marcadas como «todes». El ritmo de ese cambio, sostiene el Dr. Sarmiento, dependerá exclusivamente de lo que observen y reporten las academias vinculadas a la RAE en cuanto a la extensión del uso del lenguaje inclusivo.

Finalmente, el expositor llamó a considerar que «las realidades también van creando el lenguaje», dado que las circunstancias del día a día son las que van planteando las necesidades. Tal es el caso, dijo, de sustantivos históricamente marcados con morfemas de expresión masculina, los que tras la democratización de ciertos espacios hoy cuentan con formas equivalentes como «abogada», «ingeniera», «médica» y «presidenta».