Por: Dra. Caddy Cortés, astrónoma y Directora de Gestión en Ciencia Fuerte UdeC.

Sé que estamos a nivel país en medio de una revelación social y además nos enfrentamos a una pandemia mundial que afecta a nuestra población, pero quiero que salgamos un poco de la realidad que estamos pasando, para poner la mirada en un evento astronómico que ocurrirá el 14 de diciembre del presenta año, en el Sur de nuestro país: un Eclipse Solar Total.

Quiero ir más allá, abordando la importancia de los eclipses en la humanidad. Un eclipse solar total es más que un hermoso evento, ya que este fenómeno permitió a científicos confirmar las predicciones del famoso físico Albert Einstein sobre cómo se comporta la luz en relación a la gravedad, y así comprobar la Teoría de la Relatividad General. También, ayudó al científico Pierre Janssen a concluir que los gigantescos bucles brillantes en la atmósfera solar están compuestos en gran parte de gas de hidrógeno caliente y además se observa por primera vez el Helio.

Como sabemos, el Sol es muy brillante, por lo que no nos permite ver nada en sus proximidades, por ende, ese halo brillante, llamado corona, sólo es observable a simple vista durante los eclipses solares totales y, con ello, los científicos pueden estudiarlo.

Lo más asombroso es que en nuestro Sistema Solar, los eclipses solares totales solo ocurren en nuestro planeta. Esto, debido a que cuando los presenciamos, la Luna y el Sol desde nuestra perspectiva parecen tener el mismo tamaño, dado que la Luna es 400 veces más pequeña que el Sol, pero se encuentra 400 veces más cerca.

Existen otros estudios acerca de este fenómeno astronómico que nos pueden fascinar aún más, pero me gustaría contarles cómo influyó este evento en mí, porque cuando uno lo observa, puede marcar su vida. En 1994, en el norte de nuestro país,  presencié un eclipse solar total y cambió mi percepción. Vi como la Luna, el objeto astronómico que más me intrigaba a los 6 años de edad, pudo ocultar al Sol y además veía como los pajaritos se fueron a su nido en el árbol que estaba frente a mí, ya que se hizo de noche y empezó a ponerse un poco fresco. Me asombré tanto, que preguntaba siempre sobre diferentes objetos astronómicos e implícitamente mi profesión fue escogida aquel día.

Esta misma experiencia la pueden vivir ustedes, en aproximadamente dos minutos de oscuridad total en la Araucanía.