Por: Dr. Roger Leiton Thompson, Centro para la Instrumentación Astronómica (CePIA), Departamento de Astronomía UdeC.

Te equivocas si piensas que tu vida está dominada por el dinero, el amor o tu trabajo. Nuestra existencia está regida por la gravedad. Desde la manera en que nos movemos hasta la geometría del espacio-tiempo, este fenómeno invisible esculpe el Universo. No importa en qué lugar de nuestro esférico planeta estés, siempre sentirás un tirón hacia el suelo.

Si pudiéramos visualizar la dirección del empuje gravitacional usando líneas―ya sea que estés en Concepción, París o el Polo Sur― siempre encontrarás que esas líneas apuntan hacia el centro terrestre, empujando todo hacia ese punto, intentando aplastar cualquier insubordinación gravitacional en la superficie. La Tierra, la Luna, los planetas y las estrellas tienen suficiente materia para que la gravedad lo empuje todo hacia el interior de manera relativamente simétrica, moldeando a esos objetos con la redondez que los caracteriza.

El escritor chileno de ciencia ficción Hugo Correa en su novela “Los Altísimos” (1951), describe un tipo de transporte singular para viajar rápidamente por un planeta ficticio usando la gravedad. Hagamos lo mismo pero con la Tierra. Imagina un agujero que la atraviese pasando por su centro. No sería cualquier túnel: desde la superficie hasta el centro hay unos 6400 km. Ignoremos la rotación del planeta y la fricción del aire, así como el hecho de que el núcleo está a 6 mil grados Celsius. Ahora ¡salta! Caes libremente, ganando velocidad a medida que la Tierra te tira. Unos 13 minutos después estarás a medio camino del centro de la Tierra, cayendo a la vertiginosa velocidad de 24 mil km/hr y, ¡afírmate!, porque a los 19 minutos de viaje habrás llegado al centro a 27 mil km/hr.

Una vez pasado el centro, seguirás moviéndote, pero ahora perdiendo velocidad por otros 19 minutos más hasta detenerte por completo al llegar otra vez a la superficie, al otro lado del túnel. Un viaje total de 38 minutos. Si quieres volver a tu casa, solo déjate caer otra vez.

La intensidad de la gravedad depende de dos cosas. Primero de la masa, que es la cantidad de materia en un cuerpo. Mientras más masa tengas, los átomos de la Tierra en conjunto te van a atraer con mayor intensidad. Bacterias y otros microorganismos viven sus vidas casi sin notar que existe gravedad, sintiéndose livianos debido a su tan poca masa. El segundo ingrediente es la distancia. Mientras más cerca de la superficie terrestre, el empujón será mayor comparado a si estás en la cima de una montaña o flotando en un globo. De hecho, si te alejas lo suficiente de la Tierra, en dirección a la Luna por ejemplo, en algún momento te liberarás del yugo gravitatorio terrícola y quedarás atrapado por el tirón gravitacional de nuestro satélite natural. Pero ojo, estando en la superficie lunar, tu peso allí
(la fuerza con que la Luna te atrae) va a ser 83% menor que en nuestro planeta. Esto, porque la Luna es más chica y solo tiene un 1.2% de la masa de la Tierra.

En esto consiste la gravedad de nuestra situación.