En una iniciativa inédita a nivel nacional en el ámbito del patrimonio industrial y cultural, el municipio de Penco anunció que iniciará formalmente el proceso para solicitar la Denominación de Origen del histórico Plato Willow, versión Penco, ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI). La acción busca reconocer legalmente el vínculo territorial de este símbolo de la loza chilena con la comuna, que fue su lugar de creación, producción masiva y distribución durante más de 70 años.
El Plato Willow Penco, caracterizado por su delicado diseño azul sobre blanco, fue concebido por el artista nacional Roberto Benavente y fabricado en la recordada Fábrica Nacional de Loza de Penco (Fanaloza). Su producción marcó un hito en la identidad visual del hogar chileno desde mediados del siglo XX, convirtiéndose en un ícono popular presente en vitrinas, mesas y celebraciones a lo largo de todo el país. Aunque la fábrica cesó sus operaciones, el valor cultural del Willow sigue vigente y es motivo de orgullo para la comunidad pencona.
El origen de este tipo de loza se remonta a finales del siglo XVIII, cuando motivos orientales de porcelana china comenzaron a ser reinterpretados en Inglaterra por casas ceramistas. Estos diseños incorporaban escenas idealizadas con pagodas, sauces llorones y aves en vuelo, elementos que alimentaron el gusto europeo por el exotismo asiático.
El término “Willow” (sauce, en inglés) hace referencia al nombre del patrón gráfico, pero en el contexto productivo, también aludía al color azul cobalto con el que se imprimía la decoración sobre fondo blanco: un pigmento económico, resistente y fácil de aplicar en procesos de alta temperatura, lo que lo convirtió en el favorito de la industria. A Chile llegó durante el siglo XX, y fue Fanaloza en Penco quien reinterpretó esta tradición con sello propio, dando origen al Plato Willow versión Penco, que se masificó a lo largo de todo el país. De Iquique a Punta Arenas y el extranjero, estuvo presente tanto en las cocinas populares como en las mesas de familias acomodadas.
En ese marco, el alcalde Rodrigo Vera confirmó la decisión de iniciar este trámite, resaltando que el Plato Willow forma parte del imaginario doméstico de millones de familias en Chile y merece un reconocimiento que lo ancle legalmente a su territorio de origen.
Este proceso implica cumplir con exigencias técnicas y legales ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial, y en la comuna están convencidos de que existen antecedentes históricos, documentales y afectivos suficientes para respaldar esta solicitud. Desde el municipio convocarán a extrabajadores, gestores culturales, académicos, ceramistas locales y al Museo de la Loza de Penco para elaborar un expediente robusto que permita proteger el nombre ‘Plato Willow de Penco’ y su legado, además de impulsar la posibilidad de su reproducción artesanal bajo estándares patrimoniales.
Este anuncio coincide con la apertura del nuevo Museo de la Loza de Penco, proyecto que surge como una extensión del Museo de la Historia local, y que alberga una de las colecciones más completas de piezas Fanaloza del país, con más de 980 registros inventariados. El museo no solo conserva piezas originales del Willow, sino también moldes, afiches publicitarios, catálogos y registros de trabajadores y trabajadoras que formaron parte de esta tradición locera.
El director del museo, Leonardo Gotelli, expresó la importancia de preservar este legado.
Desde el punto de vista técnico, el trámite ante INAPI contempla la presentación de un expediente con evidencia histórica, la delimitación geográfica de origen, un reglamento de uso, y el respaldo de actores locales. Aunque el Willow ya no se fabrica industrialmente, la estrategia considera fomentar su reproducción artesanal certificada, validada por el museo y con estándares que respeten su diseño y procedencia. Esto permitirá cumplir con los requisitos legales de uso y comercialización, esenciales para obtener la Denominación de Origen.