El Hospital Guillermo Grant Benavente (HGGB) fue escogido, por una compañía internacional de equipamiento médico, para lanzar en Latinoamérica un catéter denominado Octaray, una nueva tecnología para el tratamiento de las arritmias cardíacas.

Según Armando Pérez, cardiólogo de la Unidad de Arritmias Cardíacas del área de Electrofisiología del recinto, se opera con una probada técnica, pero que combina esta nueva tecnología, que realiza un mapeo con electrodos dispuestos en sus ocho brazos, que otorga mayor precisión y rapidez a los cirujanos, proporcionándoles información necesaria para procedimientos de ablación con catéter (cicatrización de tejidos para bloquear señales eléctricas irregulares). También disminuye el tiempo en que el paciente está expuesto a radiación durante la operación, además de menos tiempo de anestesia, de uso de pabellón, de cuidados de enfermería y estadía hospitalaria.

La nueva tecnología utilizada ya benefició a dos pacientes, que promedian los 60 años de edad, con patologías cardíacas. “El primero con una arritmia ventricular (ritmo cardíaco irregular proveniente de las cavidades inferiores) y el segundo, con fibrilación auricular paroxística (frecuencia cardíaca irregular y acelerada), intervenciones que concluyeron de forma exitosa”, dijo el facultativo tras las cirugías realizadas en los quirófanos del Centro de Atención Ambulatoria, el pasado lunes 12 de junio.

El especialista añadió que este tipo de pacientes ingresan al Policlínico de Arritmias del HGGB para una evaluación más acuciosa en cada caso. “El síntoma icónico clave de las arritmias son las palpitaciones. Luego de varios estudios y del tipo de arritmia, de una amplia gama de las que existen, le ofrecemos este procedimiento”, puntualiza.

El cardiólogo explicó además que, a diferencia de un infarto, que se presenta en edades más adultas y por diversas causas, las arritmias pueden aparecer desde la niñez hasta una edad senil. “Podemos verlas en pacientes jóvenes, niños o personas ancianas. El elemento de la palpitación es el síntoma clave y existe una red para iniciar su diagnóstico y tratamiento que comienza en un Cesfam. Allí se evalúa al consultante y hay ciertos elementos con los cuales los médicos de APS nos derivan. Acá hacemos un segundo análisis, con otros exámenes. Con esto mejoramos su calidad de vida y evitamos el riesgo de muerte. En otros casos, con este procedimiento, reducimos la carga de arritmias”.

En Chile, la fibrilación auricular es la arritmia cardíaca más común y afecta a más de 130 mil personas. La OMS la considera una epidemia. Los más propensos a padecerla son los adultos mayores: ocho de cada 10 personas con más de 65 años de vida. Otro grupo, mayor a 75 años, se ubica dentro de las 20 primeras causas de Avisa (años de vida ajustados por discapacidad), parámetro a considerar dado el creciente envejecimiento de la población nacional, quienes en su mayoría dependen de la asistencia médica en el sistema público de salud chileno.