A medida que un país avanza en su desarrollo, cobra relevancia revisar y actualizar las metodologías de medición de la pobreza, para que reflejen de mejor manera los nuevos estándares de vida. Para ese propósito, el gobierno convocó a una Comisión Asesora Presidencial compuesta por expertas y expertos en la temática, quienes elaboraron un informe que fue entregado la semana pasada al Presidente de la República.
Uno de los aspectos más significativos de la propuesta elaborada por la comisión es una nueva forma de medir la pobreza en Chile, lo que la situaría en un 22,3%, muy por sobre el 6,5% de la última encuesta Casen (2022). ¿Aumentó drásticamente? No necesariamente, la explicación se basa más bien en cambios metodológicos.
Según se lee en el informe “a 10 años de su implementación y con el fin de mantener la relevancia, pertinencia y actualidad de esta medida, la Comisión procedió a la revisión de cada una de las definiciones que le dan forma. En términos generales, las modificaciones se orientaron a volver la medida más exigente, en el sentido de reflejar los nuevos desafíos que han ido emergiendo conforme el país ha ido avanzando hacia el mejoramiento de las condiciones de vida de la población”.
En esa línea, el economista Gonzalo Durán Sanhueza, integrante de la instancia asesora, explicó que “lo que hizo la comisión fue un trabajo de casi 15 meses, de analizar la metodología de cómo hoy en día se mide la pobreza en Chile, porque es algo que se tiene que actualizar cada cierto tiempo. Hay que recordar que la última actualización se había hecho en 2013”.
A ello agregó que “son medidas que lo que hacen es complejizar el análisis, le dan más densidad y reconocen la situación actual del trabajo, porque hay que recordar que en Chile la mitad de las y los trabajadores ganan menos de 583 mil pesos líquidos y están sumamente endeudados, entonces, era raro que tuviéramos una pobreza del 6,5%. Hoy en día las cifras se sinceran y dan un real retrato de lo que está sucediendo en el Chile de la actualidad, donde se pagan muy bajos salarios y, probablemente, eso es una de las principales causas que explican este nivel de pobreza que ya supera el 20%”.
Las recomendaciones incluyen aspectos como: adoptar un concepto de alimentación saludable, no considerar el alquiler imputado en los ingresos ni en la línea de la pobreza, operar con dos líneas de pobreza (para hogares arrendatarios y para quienes no lo son), y que el reajuste del precio del arriendo se base en su evolución específica, en lugar de usar el IPC general.
Sobre los cambios propuestos, el investigador de la Fundación Sol explicó que “ha sido histórico el tema de la pobreza por ingresos que, básicamente, significa establecer un umbral de pobreza, que luego se le pone un precio. En la última encuesta era algo así como 215 mil pesos para un hogar de una persona, y esa línea se contrasta con los ingresos que tienen las personas. Entonces, cuando una persona tiene más ingresos que la línea, queda clasificado como fuera de situación de pobreza, mientras que si tiene menos está clasificado como una persona en situación de pobreza. En esa metodología, la comisión propone diversos cambios”.
En relación a la pobreza en múltiples dimensiones, Durán señaló que “a partir del año 2013, la primera Comisión Asesora recomendó que la pobreza tenía que medirse no sólo en términos del ingreso, sino también en distintas dimensiones de la vida social, que van más allá de tener o no tener ingreso”, incluyendo “por ejemplo, acceso a la educación, a la salud, a la vivienda y al trabajo”.
El académico de la Universidad de Chile indicó que “la cifra que nosotros recomendamos con estas modificaciones a la metodología rima mucho más con lo que pasa con la realidad económica o socioeconómica que tiene este país”, detallando también cuáles son los pasos a seguir ahora que la información está sistematizada.
Sobre la nueva forma de medir la pobreza y la discusión pública instalada en un año de elecciones presidenciales, con discursos contrapuestos entre la candidata oficialista y los de oposición, el investigador expuso que “yo creo que le pone tensión a los dos lados”.
Para su funcionamiento, la Comisión contó con una secretaría técnica y con el apoyo del Ministerio de Desarrollo Social y Familia. Además, generó espacios de participación ciudadana en cuanto a diagnósticos, propuestas y recomendaciones en materias relacionadas con su mandato.
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