Hace algunos días el Instituto Regional de Administración de Empresas, Irade, anunciaba la suspensión de sus actividades debido a la emergencia sanitaria que vive el país, adhiriéndose a las medidas preventivas propuestas por el  Gobierno.

En su comunicado, la corporación, que agrupa a empresas productivas y de servicios de la región del Biobío, hacía un llamado a sus asociados a reconocer su responsabilidad social y con sus trabajadores, de manera de intensificar las campañas de prevención y tomar las medidas necesarias de acuerdo a su realidad particular. Además, recomendaba privilegiar el trabajo remoto bajo plataformas digitales.

En conversación con Nuestra Pauta, Patricia Palacios Mackay, presidenta de Irade, resaltó la importancia del trabajo coordinado entre el mundo público y privado para hacer frente a esta compleja situación sanitaria.

“Por un lado las empresas tienen una responsabilidad social para minimizar la propagación del  Coronavirus y por otro lado es un deber poder seguir funcionando, especialmente aquellas empresas relacionadas con servicios básicos para la población”, indicó.

La presidenta recalcó que las empresas locales se enfrentan a múltiples desafíos, entre ellos: minimizar al máximo el contagio de Covid-19, mantener activos los servicios de logística (transportes y puertos), asegurar la cadena productiva y el abastecimiento de la población.

Así mismo, reconoció el fuerte impacto que tendrá esta crisis en la economía nacional, siendo los sectores del comercio y el turismo los más afectados. Compartiendo el pronóstico del ministro de Hacienda, Ignacio Briones, quién expresó hace unos días atrás, que “no vamos a poder salvar a todas las empresas”.

Consultada sobre algunas medidas para enfrentar el difícil escenario actual, la autoridad indicó que,  “debemos aprovechar las tremendas oportunidades que nos brinda la tecnología”, esto a través del fortalecimiento de estrategias y contenidos digitales, lo que implica ampliar y buscar nuevos mercados.

Palacios también destacó el rol estratégico que juegan los sindicatos en la coordinación de los protocolos de varias compañías del Biobío, las que han elaborado planes de acción en conjunto con sus trabajadores, permitiéndoles tomar decisiones que van más allá de las solicitadas por el Gobierno.