La Puya Alpestris es una planta que proviene de la región de Coquimbo. Es una especie cultivada, que hace más de 50 años está creciendo en el Campus UdeC y, desde hace dos décadas aproximadamente, se encuentra emplazada a un costado de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas. El año pasado floreció la última vez y el proceso comenzó a mediados de septiembre, igual que ahora.

El director del Herbario y académico del Departamento de Botánica, Dr. Carlos M. Baeza, explica cómo es posible que la planta por primera vez florezca dos años seguidos, en vez de cada cuatro años, como de costumbre.

“Esa es la fenología que tiene la planta. Sabe muy bien, sobre todo por el estímulo luminoso y de calor, que tiene que empezar a generar el escapo floral, que en este caso son dos escapos florales y en esta oportunidad, vienen de dos rosetas distintas. Así que es muy probable que de aquí en adelante esta planta que está cultivada, empiece a florecer todos los años. Es lo más probable, porque va aumentando el número de rosetas, entonces, la probabilidad de que algunas de las rosetas o más de una florezca cada año es mucho mayor. Es algo tan sencillo como eso”, dijo el académico.

Quienes visiten el campus por estos días podrán observar los dos escapos florales, es decir, dos varas que emergen de las puntiagudas hojas de la Puya. Ambos escapos están cerrados y presentan una especie de pelusilla o harina blanca, que los recubre.

El profesor Baeza explica que esa pelusa de color blanco es un mecanismo de defensa de la Puya frente a la radiación solar. “Los colores blancos en general reflejan la luz. Entonces, es probable, que eso lo tenga como una forma de defensa para que la luz eventualmente no dañe las flores que están todavía en proceso de formación. Toda esa pigmentación en esas pelusitas lo que hace es reflejar la luz. Por eso es que las plantas de alta montaña tienen esos pelos blancos, que no están ahí de bonitos, sino que tienen una función súper importante”, indicó.

Flores azules

Lo más probable es que a fines de octubre o las primeras semanas de noviembre ya sea posible observar las flores azules de la Puya totalmente desplegadas.

“Como ocurrió el año pasado, creo que hasta la primera semana de diciembre hubo flores. Yo vi mucha gente por acá sacándole fotos, pero creo que ahora le falta todavía. Este proceso es súper rápido, de crecimiento, de emergencia del escapo floral. Se empiezan a abrir las brácteas que están protegiendo cada una de las flores y, de repente, van a empezar a asomar estas flores. Ahora podemos ver las brácteas de la inflorescencia y cada una de estas brácteas está relacionada con una o más de las flores”, explicó el Dr. Carlos M. Baeza Perry.

Mérito UdeC

Es casi increíble que la Puya se haya adaptado de tan buena manera a este clima, siendo una especie que proviene de la zona norte del país. Para Baeza, todo es gracias a los excelentes cuidados del equipo de jardineros UdeC y su dedicación en el cuidado.

“Esto es como una película que está recién en rodaje, sabiendo que el final va a ser súper bonito y muy satisfactorio, porque estas cosas no ocurren todos los días. De tal manera que hay que ser muy cuidadosos: no estar sacando hojitas, menos cortando. Hay que esperar que florezca, como lo ha hecho en otras oportunidades y apreciar eso en el fondo, esa magnificencia que tiene esta especie”, finalizó el investigador.