Uno de los compromisos del Presidente Gabriel Boric durante su campaña fue el de encabezar el primer «gobierno ecologista» en la historia de Chile. Un proceso que requerirá de diálogo con los distintos sectores de la sociedad y medidas en un contexto crítico a nivel mundial y que, en las primeras semanas de gestión de la nueva administración, ha estado marcado por la tramitación del proyecto que permitirá el ingreso de Chile al Acuerdo de Escazú.

El seremi de Medio Ambiente de la Región del Biobío, Óscar Reicher, abordó la relevancia de este hito y destacó que los temas de acceso a la información, la participación pública y el acceso a la justicia en asuntos ambientales son parte de los compromisos internacionales desde la década de los noventa.

Los mecanismos de participación ciudadana, señaló, son una prioridad a nivel nacional.

Reicher profundizó en la importancia de mantener canales de diálogo con las organizaciones ambientales y sostuvo que «tienen un rol protagónico en la gestión de este gobierno».

En esta línea, apuntó a la necesidad de generar «instancias de confianza», entre las organizaciones, el sector privado y el mundo público.

Contaminación y rol de la ciudadanía

Ante la situación ambiental de la región, Óscar Reicher indicó que se avanzará en la transversalidad de la gestión, recordando que en los planes de descontaminación intervienen distintas reparticiones públicas. La expectativa es jugar, desde la Seremi, un rol protagónico en la articulación de estos servicios.

Finalmente, la autoridad reiteró el llamado a las personas a privilegiar leña y calefactores certificados o calefacción domiciliaria que evite la generación de material particulado, como la electricidad o el gas. «Vamos a evitar que nuestros hijos, que nosotros mismos, respiremos un material particulado que nos enferma (…) No podemos tener fiscalizadores esquina por esquina, pero el cuidado de la salud de las personas depende de nosotros mismos», concluyó.

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