Como primera casa de estudios latinoamericana edificada bajo el concepto de Ciudad Universitaria, la Universidad de Concepción fue declarada Monumento Histórico Nacional el año 2016, por parte del Consejo de Monumentos Nacionales.

Reconociendo el carácter patrimonial de la UdeC, la declaratoria incluye la zona antigua del Barrio Universitario, comprendiendo el polígono compuesto por las calles Avenida Chacabuco, Edmundo Larenas, Avenida Augusto Rivera y la proyección de la calle Los Olmos al interior del Campus -área donde se sitúan los edificios Arco, Pinacoteca y Anatomía, además de las facultades de Farmacia, de Ciencias Naturales y Oceanográficas y de Ciencias Jurídicas y Sociales-, junto con el eje central que comienza en el Foro hasta la Biblioteca Central, ambos incluidos.

El 18 de abril se conmemora el Día Internacional de los Monumentos y Sitios, fecha instaurada en 1983 por la Asamblea General de la Unesco, a proposición del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos).

Considerando que el objetivo de esta conmemoración es promover la toma de conciencia acerca de la diversidad del patrimonio cultural de la humanidad, su vulnerabilidad y los esfuerzos que se requieren para su resguardo y mantenimiento, es buen momento para destacar lo que ha sido el desarrollo del campus y los desafíos que implica hoy su protección y conservación.

Construcción del Campus Universitario

El 14 de mayo del año pasado la Universidad de Concepción conmemoró su Centenario, dando una mirada hacia lo que ha sido su historia y también proyectándose hacia un futuro en el que se reconoce el legado de sus fundadores.

En 1919, la Universidad de Concepción comenzó oficialmente sus clases para cuatro carreras, en una casa ubicada en Caupolicán 246. Entre 1923 y 1925 se adquirieron tres lotes del sector denominado “La Toma”, con una superficie total de 9,27 hectáreas, para la construcción del campus universitario.

Las primeras construcciones fueron proyectadas sin un plan definido, y emplazadas en forma aislada en medio de un entorno de generosos jardines. Esta etapa fue desarrollada por el arquitecto Carlos Miranda, quien diseñó un “plan de distribución general”. Los edificios ejecutados durante este periodo son la Escuela Dental (1925-1930), la Escuela de Química Industrial (1929-1935) y el Instituto de Anatomía (1930-1933).

En 1931, la Universidad de Concepción pidió al urbanista austriaco Karl Brunner una planificación para el desarrollo del campus central de la Universidad. El proyecto de Brunner contempló trabajos que deberían extenderse hasta al menos 1956.

El directorio de la Universidad decidió contratar al arquitecto Enrique San Martín para el desarrollo de los proyectos arquitectónicos y urbanos señalados por el plan de Brunner. San Martín asumió con total fidelidad sus indicaciones. El paisajismo estuvo a cargo de Oscar Prager, paisajista austriaco de gran prestigio.

Los edificios ejecutados durante este periodo son la Escuela de Biología (1932-1934), de Leyes (1934-1937), de Educación (1935-1937), de Farmacia (1936-1938), Instituto de Química (1940-1942), Casa del Deporte (1941-1944), Campanil (1942-1944), Instituto de Física (1945-1946), Escuela de Medicina (1948-1954), Instituto Tecnológico (1953) y Hogar Universitario (1949-1953).

Más tarde, el arquitecto Emilio Duhart proseguiría la tarea de Brunner, estableciendo un nuevo plan urbanístico desde 1957, con una mirada modernista y funcional del campus, que modificaba la mirada de Brunner.

Desde 1967 a la fecha, una diversidad de planes sucesivos fueron diluyendo la lectura global y unitaria que se había desarrollado hasta el año 1967, dando pie a la generación de espacios públicos residuales e inconexos. El Plan Regulador de 1971 – 1972 reflejó el crecimiento explosivo de las instalaciones físicas de la Universidad, producto del aumento de la matrícula, con edificaciones dispuestas de acuerdo a las necesidades de crecimiento, de manera reactiva, sin una mirada integral que cuide los aspectos urbanos.

Monumento Histórico Nacional

Para el encargado de la Unidad de Patrimonio de la Vicerrectoría de Vinculación con el Medio (VRIM) y miembro de Icomos Chile, Javier Ramírez Hinrichsen, el Campus de la Universidad de Concepción, o la Ciudad Universitaria, es una obra viva, donde su comunidad, profesores, estudiantes y funcionarios desarrollan una labor única para el desarrollo del país. “A nivel de sus valores arquitectónicos-urbanos, al recorrerla, no tan sólo recorremos parte de la historia de la arquitectura moderna de la ciudad, del país y del mundo, sino lo que han sido cien años en la historia de nuestra institución”, señala.

A su juicio, la declaratoria de Monumento Histórico no es solo una cuestión nominal. “El Estado de Chile, desde la creación del Consejo de Monumentos Nacionales en 1925, ha promovido la conservación de bienes culturales de enorme significación nacional. Con la actual ley 17.288, no solo reconoce los valores significativos del Campus UdeC, sino que se compromete legalmente a ser su tutor y darle protección. Esto quiere decir que, con el actual marco legal chileno, nuestro Campus tiene un valor excepcional, que traspasa cualquier tipo de naturaleza de la propiedad, pública o privada”, explica.

En ese contexto, Ramírez señala que la Universidad de Concepción está ante un requerimiento nacional por la gestión y conservación de su Campus, situación que ha ido teniendo una orgánica, fundamentalmente a través de la colaboración de la Dirección de Servicios y la Comisión de Patrimonio Arquitectónico Universitario, dependiente de la VRIM.

Pero desde el punto de vista del ciudadano y de la comunidad universitaria, dice, operan otros significados, emocionales y de índole simbólicos. “Con una declaratoria como la de Monumento Histórico y el sentido de pertenencia del Campus Universitario, los valores atribuidos adquieren un significado social”, señala.

Para el Director de Servicios de la Universidad de Concepción, Alejandro Tudela Román, las visiones, requerimientos y materiales disponibles para la gestión, conservación y protección del Campus UdeC como Monumento Histórico Nacional cambian en el tiempo, afectando las construcciones patrimoniales.

“Por ejemplo, las edificaciones ubicadas en el sector norte del área patrimonial no consideraron el criterio de inclusión vigente hoy. Esto lleva a que, cumplir con los aspectos normativos actuales en esta materia, implica intervenciones que, si bien no deben cambiar la lectura de las edificaciones y funcionalidad, son miradas críticamente por la comunidad”, explica.

Algo similar, dice, ocurre con la eficiencia energética, un asunto que a todas luces no era un tema hace 70 años atrás. Además, el cambio en los materiales usados en las construcciones lleva a que los procesos de mantención o rehabilitación se encarezcan, lo cual deriva en que estas acciones deban ser dilatadas en el tiempo, lo que podría terminar afectando estas construcciones, señala Tudela.

El Campus hoy y sus proyecciones

La importancia en sí de la Ciudad Universitaria o Campus UdeC, más allá de considerar sólo sus valores arquitectónicos y urbanos, cuestión que es innegable, implica relevar la actividad que allí se realiza.

“La Universidad de Concepción es producto de un proyecto histórico de parte de la voluntad de sus fundadores, comunidad y sus tres rectores iniciales. Por lo cual, mirándola desde la realidad actual, su campus expone de manera tangible la naturaleza pública de nuestra institución que podemos valorar a través de diversas formas con su patrimonio universitario”, dice Ramírez.

En este sentido, se hace vital la necesidad de armonizar la relación entre los usuarios, habitantes del campus y las necesidades de mantención y protección de los espacios de uso público, más aún cuando tienen un valor patrimonial.

Para Tudela, la proyección del campus universitario enfrentada a lo que ha sido su desarrollo histórico implica, probablemente, pensar en un uso distinto al actual de las edificaciones patrimoniales, particularmente las más antiguas.

“Los cambios normativos en temas de seguridad laboral han llevado a que, cumplir con esas reglas en edificaciones históricas, sea difícil de abordar. Dado esto, parece razonable dejar esas dependencias para un uso de bajo riesgo, lo que coloca presión en contar con nuevos espacios, construidos para un uso específico, satisfaciendo los requerimientos normativos en seguridad. Dónde y cómo construir estas dependencias son preguntas cuya respuesta no es obvia, por la presión en preservar el ambiente no construido y tener visión armónica con lo ya existente”, sostiene.

Hoy el campus está deshabitado debido a la crisis sanitaria y, para Ramírez, esta es una situación extraña, casi como un espacio ajeno, “Algo que identifica nuestra ciudad universitaria es su uso, la forma en que se habita. La imagen del campus deshabitado es casi como una escenografía. Un espacio universitario, por antonomasia, es un espacio de diálogo, de encuentros. Por lo cual, espero pronto volver al campus, y que reiniciemos nuestra vida universitaria”, señala.

Con él coincide el Director de Servicios, para quien “el patrimonio sin personas tampoco tiene mucho sentido”. Por otro lado, sostiene Tudela, para muchas personas el campus universitario es solo un conjunto de edificios: “su carácter patrimonial no lo conocen, y no sólo el tema legal, sino su historia. Puede que la virtualidad ayude a transmitir más conocimiento, y quizá más valoración. Conocer los usos que han tenido los edificios en tiempo podría ayudar, ante situaciones de emergencia, por ejemplo”.

Para Ramírez, “el uso de las tecnologías, de las plataformas digitales es un nuevo medio que permite vincular a las personas con lugares, comunicarlos, comunicárselos. La distancia a través de la red (internet) conlleva otro tipo de relaciones, otras formas de leer el campus y sus significados. Creo que ello nos ha permitido darnos cuenta, como miembros de la Universidad, de la importancia de ésta. Un ejemplo son los conciertos en el Foro o caminar hacia la Biblioteca. Como ya he dicho, el valor social de la Universidad es innegable. Volver a encontrase con sus espacios es vital, más aún es estos tiempos de distanciamiento físico entre personas. Por eso, los medios como las redes sociales permiten mantener la relación, de diversa índole, que tienen muchas personas con el campus”.

Mientras el distanciamiento social y las cuarentenas autoimpuestas u obligatorias impidan recorrer el campus patrimonial, se pueden realizar visitas virtuales a través de la aplicación Descubre UdeC (disponible para Android e Ios) y visitando las redes sociales de PatrimonioUdeC.

Fuente: Vrim UdeC.