Este 10 de diciembre se conmemoró el Día Internacional de los Derechos Humanos, jornada que pone en valor la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH). Este documento histórico consagra los derechos inalienables que toda persona tiene como ser humano, independientemente de su raza, color, religión, sexo, idioma, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

En ese marco, Amaya Álvez, académica de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Concepción, explicó que “los derechos fundamentales son los derechos humanos que han sido recogidos en el ordenamiento nacional. Y yo creo que es un paso muy relevante para la humanidad, después del horror de la Segunda Guerra Mundial, empezar a pensar que había ciertos bienes jurídicos protegidos, ciertos elementos de nuestra convivencia que debían ser resguardados al más alto nivel”.

La abogada agregó que “es muy importante que las sociedades nos pongamos de acuerdo en lo que queremos proteger”, pero reconoció que “en la práctica hay ciertas brechas que seguramente es importante abordar. Y por eso se habla de que estas declaraciones de derechos humanos siempre son graduales e incrementales. O sea, tenemos que seguir trabajando para asegurar de mejor manera cada uno de esos derechos fundamentales a todas las personas que habitan en Chile”.

Sobre su experiencia docente, indicó que debemos entender los DDHH “como el marco de convivencia, el modo como nos tratamos, el modo como queremos vivir”, por lo que es necesario “trabajar lo colectivo, pero en un sentido bastante pragmático… por ejemplo, pensemos en materia ambiental, no basta con que hagamos a título individual ninguna acción, ninguna acción realmente va a poder abordar los desafíos del cambio climático si no actuamos mancomunadamente”.

Ahí está el desafío”, complementó Álvez. “Ese bienestar individual depende completa y totalmente de decisiones que nos afecten a nivel colectivo, entonces tenemos que hacer un trabajo mayor como sociedad, para tomar decisiones que protejan, que visibilicen, que garanticen derechos fundamentales que en muchos casos son colectivos… la democracia es un bien colectivo, el medio ambiente es un bien colectivo, un bien jurídico que queremos proteger y que depende de decisiones colectivas, yo creo que entender eso podría cambiar en buena medida el abordaje que hacemos de los derechos humanos y de los derechos fundamentales”.

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