Este jueves el Ministerio de Desarrollo Social y Familia presentó los resultados relativos a la encuesta Casen 2022, la que fue aplicada entre el 1 de noviembre de 2022 y el 2 de febrero del presente año a un total de 72.056 hogares y 202.231 personas. Dentro de sus resultados, se destacó la baja histórica de las pobrezas multidimensional y por ingresos, y la obtención del coeficiente de desigualdad económica «más bajo» hasta la fecha.

El instrumento de caracterización socioeconómica nacional incorporó una serie de innovaciones metodológicas respecto de sus versiones anteriores, dentro de las que destacan el incremento de la muestra a 335 comunas, la actualización del módulo de identidad de género y orientación sexual, y la actualización de los factores de expansión de la encuesta.

Dentro de los resultados, se consignó que, respecto de 2020, los hogares del país experimentaron un aumento de un 4,5% en sus ingresos autónomos, de un 7,9% en los relacionados con el trabajo, de un 12,6% en concerniente a subsidios y de un 4,9% en lo netamente monetario, que mezcla todos los indicadores anteriores.

En términos de desigualdad económica, se consignó que en 2022 los hogares pertenecientes al 20% con mayor riqueza obtuvieron ingresos autónomos 12,9 veces superiores al 20% de menores ingresos, lo que representa una mejora en comparación con 2020 (21,9 veces), pero no con 2017 (10,9 veces).

Con lo anterior, el coeficiente de Gini para los ingresos autónomos de los hogares anotó un 0,491, lo que implica una mejora en la distribución de la riqueza en relación con 2020 (0,527) y 2017 (0,491).

De todas formas, el ministro de Desarrollo Social y Familia, Giorgio Jackson, enfatizó en que queda mucho «trabajo por hacer en materia de desigualdad».

Pobreza monetaria

Una de las variables centrales consideradas en la metodología de medición de la pobreza por ingresos guarda relación con el valor de la Canasta Básica de Alimentos (CBA), la que entre los meses de noviembre de 2020 y de 2022 aumentó en un 33,6%, al igual que el Índice de Precios del Consumidor (IPC), que subió en un 20,9%.

Ello elevó la línea de la pobreza en un 24,5%, desde los $174.131 por adulto consignados en 2020 hasta los $216.849 determinados para 2022.

En ese sentido, se detalló que la incidencia combinada de la pobreza por ingresos no extrema y extrema en la población se instaló en 6,5%, la más baja reportada hasta la fecha, lo que contrasta con el 10,7% correspondiente a 2020 y el 8,5% reportado para 2017.

A nivel territorial, las regiones de Arica y Parinacota, Atacama, Tarapacá, Antofagasta, Valparaíso, Aysén y Magallanes anotaron una reducción de la incidencia de la pobreza por ingresos en sus poblaciones respecto de lo consignado en 2020, pero no en relación con 2017.

Por el contrario, regiones como La Araucanía, Los Ríos, Los Lagos, Ñuble, Maule, O’Higgins y Metropolitana anotaron reducciones relevantes en materia de pobreza, lo que en el caso específico del Biobío implicó una disminución del indicador desde el 13% de 2020 hasta el 7,5% reportado para 2022. A ello se refirió el titular de Desarrollo Social y Familia.

Por sexo, la pobreza no extrema siguió siendo mayor en mujeres (4,8%) que en hombres (4,2%) en 2022, de la misma manera que la extrema fue superior en un 0,2% para las mujeres.

Afortunadamente, los miembros de los pueblos originarios que se encuentran bajo la línea de la pobreza mantuvieron la tendencia a la baja, por lo que su incidencia en la población se instaló en un 8,8%, frente al 12,9% registrado en 2020 y el 14% fijado para 2017.

Pobreza multidimensional

En cuanto a la incidencia de la pobreza multidimensional, centrada en el abordaje de las cinco dimensiones de educación, salud, trabajo y seguridad social, vivienda y entorno, y redes y cohesión social; su incidencia en la población fue fijada en un 16,9% a nivel nacional, frente al 20,3% reportado para 2017 y 2015.

Como era de esperarse, este indicador afecta más severamente a los sectores rurales (28%) que a los urbanos (15,5%) por los desafíos planteados por el acceso a los servicios.

Territorialmente, destacan los casos de las regiones de Tarapacá (23,8%), que aumentó su incidencia de la pobreza multidimensional en 4,4 puntos porcentuales respecto de 2015; de Ñuble (15,5%), que redujo en un 9,2% este indicador entre 2017 y 2022; y de La Araucanía, que bajó desde 27% a 19,8% dentro del mismo periodo.

En el caso de Biobío, la disminución ha sido sostenida, dado que en 2015 la incidencia de la pobreza multidimensional era de 19%, mientras que en 2017 era de 17,2%. Para el 2022, el indicador se instaló en 14,1%.

Cabe destacar que la pandemia planteó diferentes limitaciones que impidieron el cálculo de la pobreza multidimensional dentro de la encuesta Casen 2020, lo que explica su ausencia en las comparativas efectuadas por el Ministerio de Desarrollo Social y Familia.

Revisa el resumen de los resultados aquí: