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Históricamente, los indicadores de comprensión lectora en Chile han sido bajos. Un informe de la OCDE, publicado en febrero de 2018, muestra que “alrededor del 28% de los alumnos carece de las competencias necesarias para leer y entender textos sencillos”, según los resultados del Programa de Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés).

En ese mismo informe se señala que, de acuerdo a los datos del Programa Internacional para la Evaluación de las Competencias de Adultos (encuesta PIAAC, por sus siglas en inglés), sólo el 1,6% de los adultos alcanza los niveles más elevados de competencia en comprensión lectora, en comparación con el 10,6% de media en los países participantes de la OCDE.

En el primer ciclo de Educación General Básica, en tanto, la última evaluación Simce aplicada a 4º Básico, en 2017, muestra que menos de la mitad de las y los estudiantes logró un nivel de aprendizaje “Adecuado” en Lectura (un 44,7%), observándose eso sí un avance desde 2013.

En términos cuantitativos, según indica el informe de resultados del Simce, “cerca de 7 mil estudiantes avanzaron al nivel “Adecuado” en un año”, y la cifra se amplía a 18 mil si se consideran los datos desde 2014.

Covid-19 y clases remotas

Este avance relativo en cuanto al nivel de aprendizaje en Lectura, sobre todo en el primer ciclo básico, tuvo un quiebre evidente con la llegada de la pandemia de Covid-19 y la consiguiente suspensión de clases presenciales.

En ese sentido, la segunda “Encuesta Nacional de Monitoreo de Establecimientos Escolares en Pandemia del año 2022”, elaborada en conjunto por investigadores de la Escuela de Gobierno UC, el Instituto de Sociología UC y el Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile, con el apoyo de la Fundación BHP, y publicada en mayo de este año, indica que el 84% de los directores y directoras en la muestra afirman que los niveles de lectura y lenguaje de los estudiantes están peores que en 2019.

Esto es más evidente en los primeros niveles del ciclo escolar, de primero a cuarto básico, donde el 85% percibe un empeoramiento respecto del año inmediatamente anterior.

En palabras de Juan Pablo Valenzuela, investigador del CIAE de la Universidad de Chile, “tenemos una situación de primera prioridad para la mayor parte de los colegios de nuestro país”.

A su vez, Marcela Ibacache Ramírez, Profesora Diferencial de Primer Ciclo Básico, confirma que un “porcentaje importante de alumnos no logra los niveles esperados en el dominio lector y la comprensión lectora”.

Por otro lado, Eevamaija Vuollo, jefa de proyectos de Plus Finland, organización chileno-finlandesa dedicada a desarrollar e implementar herramientas educativas en Chile, sostiene que, si bien aún no hay datos actualizados sobre las competencias en Lectura del primer ciclo, “docentes y apoderados en distintos lugares del país dan cuenta de estudiantes de 3º básico que recién están aprendiendo a leer tras pasar 1º y 2º con clases a distancia”.

Asimismo, Cecilia Maldonado Elevancini, Magíster en educación y académica de la Facultad de Educación UdeC, menciona que el rol docente ha sido clave en este periodo. Eso sí, “lamentablemente no todos los niños y niñas tuvieron las mismas oportunidades para acceder a las clases y/o al apoyo docente”, lo que deriva en que hoy no se esté ejecutando el currículo escolar en su totalidad.

Maldonado agrega que las y los estudiantes que no cuentan con las habilidades lectoras básicas, conocimiento impreso, manejo del alfabeto o conciencia fonológica, “difícilmente pueden acceder a la lectura comprensiva”.

Aprender a leer y leer para aprender

De acuerdo al informe “Efectos de la suspensión de clases presenciales en contexto de pandemia por COVID-19”, una estimación elaborada por el MINEDUC (2020) a partir de una herramienta de simulación y asesoría proporcionada por el Banco Mundial, reveló que en un escenario con diez meses de educación remota los estudiantes de Chile podrían perder, en promedio, un 88% de los aprendizajes de un año.

Además, al desagregar por nivel socioeconómico, los alumnos de menores recursos (quintil 1) podrían perder, en promedio, un 95% de sus aprendizajes; mientras que aquellos de mayores recursos (quintil 5) un 64%.

De hecho, Marcela Ibacache anticipa que esta situación “afectará el rendimiento de alumnos y alumnas en evaluaciones estandarizadas” posteriores.

Juan Pablo Valenzuela sostiene que la lectura, la comprensión y el desarrollo del lenguaje, “son competencias basales para el inicio de la vida escolar y afecta las oportunidades en otras disciplinas y a lo largo de toda la vida”.

Asimismo, en base a la “Encuesta Nacional de Monitoreo de Establecimientos Escolares en Pandemia del año 2022”, advierte que “vamos a tener un rezago sostenido… los resultados indican que incluso es más crítico el tema de la lectura y el lenguaje que el aspecto socioemocional”.

Eevamaija Vuollo concuerda en que la lectura es un aprendizaje fundamental, porque permite que niños y niñas puedan aprender otras materias y en cursos posteriores. Y va más allá, pues sostiene que, en la sociedad actual, la alfabetización básica no es suficiente.

En la sociedad de hoy es importante contar con personas que tengan habilidades de lectura suficientes para ser parte de ella y sean ciudadanos críticos”, afirma.

Por otro lado, tanto Valenzuela como Vuollo explican que este rezago tiene también relación con las habilidades socioemocionales de niñas y niños.

Para Valenzuela, es importante “ponerle rostro a estos datos” para realizar seguimientos continuos en el tiempo, con el objetivo de que no tengamos un tercer año de rezago, además de los dos años previos de pandemia, y una situación crítica en cuanto a las estrategias para revertir esta situación.

De igual modo, Vuollo manifiesta que las habilidades lectoras podrían permitir abordar de mejor manera diferentes situaciones conflictivas derivadas de la pandemia y el encierro obligatorio, a través de recursos que estimulen la empatía y el hecho de verbalizar emociones de mejor manera.

A largo plazo, explica la especialista, “leer para aprender es fundamental para el desarrollo académico futuro de las y los estudiantes”.

Tarea para la casa

En general, sobre todo tras el retorno a clases presenciales, las tareas a realizar en casa han ido disminuyendo en cantidad.

Sin embargo, según explica Eevamaija Vuollo, las experiencias lectoras en el hogar, en un ambiente distendido e idealmente lúdico, pueden generar hasta 1 año de diferencia entre quienes cuentan con este hábito y quienes no, sobre todo en etapa pre escolar.

Por ello, recomienda la lectura compartida en la familia y en voz alta.

Juan Pablo Valenzuela afirma que es importante estimular el lenguaje en los hogares en sus distintas dimensiones. De igual manera, concuerda en que las “actividades lúdicas facilitan el aprendizaje y las familias deberían ver esta oportunidad de aprendizaje como una alianza con el colegio”, pues el desafío es enorme.

Asimismo, Cecilia Maldonado agrega que estas estrategias de lectura en voz alta, potentes y simples al mismo tiempo, no solo permiten “desarrollar un acercamiento afectivo con el adulto, sino que además adquieren vocabulario y estimulan la imaginación y la creatividad”.

Marcela Ibacache complementa que las familias deben ser responsables también de realizar estas lecturas en coordinación con el cuerpo docente.

Reforzamiento en aula

De visita en Concepción, el subsecretario de Educación Nicolás Cataldo Astorga, también se refirió a la compleja situación derivada de la pandemia y el rezago generalizado en las y los estudiantes.

En ese sentido, la autoridad detalló que el foco a nivel nacional, desde el Ministerio, es fortalecer las competencias en lectura y escritura, sobre todo en primer ciclo básico.

En general, los y las especialistas coinciden en la relevancia del cuerpo docente en esta etapa educativa. Por lo mismo, sostienen que profesores y profesoras tienen un gran desafío tras la pandemia.

En esa misma línea, para lograr mejores resultados en el aula, sugieren varias estrategias relacionadas con la lectura.

Eevamaija Vuollo plantea que se pueden buscar diferentes formatos de lectura y considerar los intereses de las y los estudiantes para seleccionar qué se lee.

Cecilia Maldonado refuerza la idea de leer en voz alta diversos y distintos tipos de texto, desde una noticia a curiosidades y otros recursos, pues “lo más importante es lograr que quieran leer y para eso tienen que contar con un adulto que los motive”.

Por otro lado, para Juan Pablo Valenzuela es fundamental diagnosticar y monitorear a cada uno de las y los estudiantes, pues no todos tienen las mismas necesidades ni resultados, aunque se apliquen las mismas estrategias.

Finalmente, el especialista indica que es relevante abordar este desafío a nivel de todo el establecimiento o, al menos, del primer ciclo, incluso entre colegios cercanos, a fin de conocer y compartir experiencias exitosas para una situación transversal como las habilidades lectoras.

Por último, Valenzuela sugiere una evaluación a nivel país durante este año, desde el Ministerio de Educación, que permita diagnosticar (incluso similar al Simce) y entregar datos reales sobre el desarrollo de los aprendizajes alcanzados, con el objetivo de focalizar recursos y estrategias en cada comunidad educativa.