Por Directorio Fundación Potencialmente

Camilo, José Alonso, Elías, Francisco, Colomba y Joaquín son algunos de los miles de personas que viven en Chile con la condición del Espectro Autista, y todos ellos serán conmemorados este 2 de abril para concientizar a nuestra sociedad sobre la existencia de una población, no menor, que convive día a día con esta condición y que es parte de la gran diversidad existente en nuestro país y a nivel global. Otro día más para recordarnos que todos somos diferentes, únicos e irrepetibles y que además todos somos sujetos de derecho.

Definir a las personas con la condición del Espectro Autista es algo complejo, ya que como lo dice su nombre es un espectro, dónde existe un amplio mar de ejemplos de conductas, patrones y estereotipos que varían desde un genio hasta personas con dificultades para comunicarse de manera oral, por lo que catalogar de autista a alguien en forma peyorativa es algo muy superficial y simplista.

En Chile, uno de cada 51 niños es diagnosticado con la condición del Espectro Autista, y en los últimos años su prevalencia ha aumentado sustancialmente en nuestro país, así lo registra un estudio del año 2021 publicado por una revista chilena de pediatría. Este hecho demuestra que la población del espectro autista va incrementándose y que se necesitan recursos del Estado chileno para su real inclusión, además de un cambio en el paradigma sobre la existencia de una sociedad uniforme, donde todos debemos actuar y comportarnos en forma similar.

Si bien desde el año 2010 han surgido leyes que pretenden fomentar la inclusión de personas en situación en discapacidad, a nivel de participación en diversos planos del desarrollo la realidad es lejana a lo que dictan las normas. Un ejemplo claro es la Ley de Inclusión Escolar 20.845, que desde nuestra visión, creemos que es un saludo a la bandera, porque en la práctica ni las escuelas ni los docentes están preparados para educar y relacionarse con estudiantes del espectro. Esto, por desconocimiento de la condición y por una serie de mitos que se asocian a ella. Se suman a ello la falta de capacitación, el alto número de alumnos en las escuelas públicas y la carga laboral que tienen los profesores, que en ningún caso les permite realizar un trabajo personalizado o acorde a las necesidades de cada alumno.

Si todo esto fuese poco, el sistema educativo todavía promueve una educación en base a resultados con evaluaciones nacionales estandarizadas, contribuyendo a la exclusión de cualquier persona que no recibe una buena educación, más si posee una condición diferente que afecta su neurodesarrollo.

Así como en el sistema educativo, existen muchos ejemplos más de exclusión en diversos ámbitos, donde la falta de conocimiento o discernimiento es la gran causante de que nuestros hijos tengan una baja participación a nivel cultural, social y laboral, por lo que es necesario que el 2 de abril exista, para concientizarnos respecto de que la diversidad social existe y que las personas del espectro autista son parte de ella.