La paralización de actividades en el Puerto Coronel se extiende por más de cuarenta días, situación que para Isabel Besoaín, gerenta de personas del terminal, “es tremendamente preocupante desde el punto de vista de la operación del puerto, nuestros clientes, los trabajadores que quieren volver a sus labores, y también cómo se ve afectada la comunidad y toda la cadena logística de nuestro país y todo el sector productivo”.

En entrevista con Radio UdeC, recalcó el carácter ilegal de la movilización, señalando que “cualquier elemento de negociación quedó cerrado en mayo del año pasado y se vuelven a reabrir en mayo del próximo año. Asimismo, profundizó en la política de alcohol y drogas que el puerto busca impulsar y que es el principal motivo de conflicto con una porción pequeña de los trabajadores eventuales”.

“En un complejo portuario, con todos los riesgos que implica la actividad, debiera ser una sanción justa y pareja para todos, y la solicitud aquí es que se discrimine según la cercanía con el trabajador”, planteó.

“Conociendo y respetando a los estamentos gubernamentales”, afirmó la ejecutiva, en una primera etapa se solicitaron instancias de diálogo, las que finalmente quedaron trabadas “en ciertos nudos respecto a resolver problemas y llegar a cierta alineación en torno a cómo implementar algunas de las medidas que se estaban proponiendo”.

A partir de esto, se solicitó a la autoridad apoyo en la tarea prioritaria de desbloquear el acceso al terminal.

Besoaín agradeció el respaldo de los gremios y las distintas organizaciones productivas de la región, quienes en espacios locales y nacionales han levantado su preocupación por un conflicto que ya ha obligado a mover carga hacia terminales como Lirquén y San Vicente, pero también a otras zonas del país, como Valparaíso y San Antonio, afectando directamente la cadena logística del Biobío.

Asimismo, reiteró la crítica a “un grupo pequeño de trabajadores que quieren conservar intereses que ya no son vigentes en la operatividad de un puerto”.

La idea de fondo, indicó Besoaín, tiene que ver con superar prácticas que atentan contra la productividad, como por ejemplo, turnos laborales donde sólo se trabajan dos horas.

En esta línea, también abordó la discusión en torno a las “nombradas”, designaciones de turnos que en el terminal portuario coronelino son atribución de las agrupaciones de trabajadores y donde la empresa pretende tener un rol verificador.

“Son los requisitos mínimos que en la industria, a nivel nacional e internacional, se requieren para que una persona desempeñe un cargo”, concluyó la gerenta de personas de Puerto Coronel.

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