El Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) está desarrollando un programa para fortalecer las labores de las oficinas del Biobío, La Araucanía y Los Ríos, en especial en las provincias de Arauco (Biobío) y Malleco (Araucanía), lugares donde se han registrado hechos de violencia que han impactado de modo relevante el ejercicio de los derechos fundamentales de la población que allí habita.

El programa, que tiene 18 meses de duración, contempla cinco líneas de trabajo. Una de ellas es la comunicación, la coordinación y el enlace interinstitucional. Entre sus objetivos se encuentra fortalecer la presencia del Instituto en la zona en su relación con comunidades y actores públicos y privados en el territorio. Una de las metas de este trabajo es incentivar la realización de mesas interinstitucionales con el nivel regional y central del Estado. También está la meta de fortalecer las redes con la sociedad civil.

La jefa regional de Biobío, Carolina Chang, explicó que «el programa es el comienzo de una política integradora del INDH en torno a territorios que muchas veces están olvidados por el Estado».

«Esta iniciativa permite generar instancias de diálogo con los actores relevantes de la zona. Un ejemplo son las reuniones con distintos municipios, logrando establecer acuerdos de apoyo mutuo en pos de la ciudadanía, en especial de las comunidades. A través de ellos han quedado competencias instaladas para una adecuada defensa de los derechos fundamentales», agregó Chang.

Sensibilización en derechos humanos

Otra de las líneas de trabajo es la sensibilización y desarrollo de competencias en derechos humanos, entre cuyos objetivos está proponer un programa de iniciativas de educación y promoción de derechos humanos que sea de público interés. Aquí figuran entre las metas realizar una propuesta de iniciativas de difusión que contemplen, por ejemplo, reuniones, desarrollo de material audiovisual, encuentros, conversatorios, todos los cuales sirvan para la sensibilización tanto de comunidades indígenas como entre agentes estatales.

El jefe del INDH en La Araucanía, Federico Aguirre, señaló que desde «la creación del INDH hemos sostenido que la relación de conflicto que asola estos territorios tiene que ver con causas subyacentes, muy profundas, que no han sido debidamente atendidas por el Estado y que tienen que ver entre otras cosas con la falta del reconocimiento de los derechos que le asiste a los pueblos indígenas, con la ausencia de una política de restitución territorial que atienda adecuadamente la demanda sostenida por el pueblo mapuche y con la participación en el derecho a determinar sus prioridades de desarrollo en tanto pueblo».

Monitoreo de la situación

Una tercera línea es el monitoreo de la situación del respeto a los derechos humanos, para sistematizar las experiencias observadas por el INDH y también para la evaluación y observación de la acción de agentes del Estado. Entre las metas de esta línea de trabajo está actualizar el estudio de violencias percibidas en torno al conflicto en las regiones de Biobío, La Araucanía y Los Ríos.

Para Sebastián Smart, jefe del INDH de Los Ríos, «el programa ha tenido una buena recepción inicial en la región. El INDH tiene un diagnóstico claro, evidenciado en sus informes desde el 2014 en adelante, respecto a que hay una institucionalidad estatal que concibe las relaciones con los pueblos originarios desde el desconocimiento o bien desde el paradigma de la integración y el asistencialismo. Esperamos que este programa se sume a los esfuerzos concretos por cambiar esa visión».