La iniciativa Conservación de Especies Amenazadas, ejecutada por el Ministerio del Medio Ambiente (MMA), implementada por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y financiada por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF), viene trabajando en los territorios en favor de la sobrevivencia de cuatro especies.

Una de ellas es el queule, árbol único dentro de su género, sin familia cercana, endémico y propio de la zona central de Chile. Posee gran relevancia ecológica, y escasa reproducción sexual y su producción en viveros requiere de larga dedicación. Su data se estima hace unos 100 millones de años.

El seremi del Medio Ambiente del Biobío, Mario Delannays, destacó el avance de los pilotos porque “tenemos que hacer la política pública de la mano con las personas. Hacemos nuestro trabajo desde la gobernanza, por tanto cuando llevamos las acciones a la práctica, lo hacemos con quienes están directamente vinculados a nuestro trabajo. El objetivo es que con esta acción podamos obtener un molde que pueda replicarse en otras áreas”.

Además, añadió que “hemos visto cómo los propietarios están accediendo favorablemente a estas iniciativas, lo que significa un tremendo avance, porque tener un buen predio está estrechamente vinculado a un medio ambiente sano, con los cuidados necesarios. Recuperar, restaurar y desarrollar son acciones que van de la mano, ninguna excluye a la otra, por tanto es una muy buena decisión, por parte de los propietarios, sumarse a estos pilotos”.

Por su parte, la coordinadora de la Iniciativa Conservación de Especies Amenazadas, Biobío, Fabiola Lara, valoró el trabajo mancomunado junto a los propietarios de los predios, con quienes se ha generado una estrecha relación de confianza. “Son ellos los protagonistas, pues han asumido el liderazgo de la conservación”, sostuvo.

El profesional de la iniciativa Conservación de Especies Amenazadas, Pablo Azúa, comentó que durante esta temporada invernal se está trabajando junto al propietario del predio piloto San José, ubicado en la comuna de Penco, en la construcción de un Sendero de Educación Ambiental y Turismo. “El proyecto espera implementarse con un alto estándar, pues ha sido diseñado con pasarelas elevadas, escaleras, barandas y señalética. Se ha trabajado desde mayo y se espera que en agosto esté terminado”, dijo, junto con agregar que como iniciativa se ha apoyado con recursos, para poder concretar así este anhelo de permitir un mejor acceso hacia el bosque nativo que hay en el lugar.

También indicó que un segundo predio piloto ubicado en Tomé, en donde en 2019 se realizaron acciones de reforestación con nativos, con el objetivo de generar un área de protección para un sector de bordes de queule, se encuentra en permanente monitoreo del crecimiento de las especies.

“En el predio Nachur se plantaron 150 árboles nativos, variedades como el laurel, maqui, roble, madroño, arrayán, notro quillay, peumo, boldo y avellano, y que viene a remplazar una plantación de pinos que fue cosechada formando ahora un bisque nativo, una cortina de protección para protección de este borde de queules”, recalcó el profesional.