En el Instituto de Seguridad Laboral (ISL), la “Higiene del Sueño”, que conlleva todas las acciones que favorecen un adecuado descanso de los trabajadores, es parte de las recomendaciones preventivas de enfermedades o accidentes. Se trata de disminuir los efectos que un cambio en la rutina diaria pueda tener en las personas, producto de tener que levantarse más tarde o más temprano según sea el caso.

Este sábado 1 de abril, cuando el reloj marque las 00:00 horas tendremos que cambiar la hora  y retroceder los relojes a las 23:00 horas, lo que para muchos podría significar una hora extra para dormir. Sin embargo, aquello que parece un beneficio, se podría transformar en un riesgo si genera síntomas como variación en el estado de ánimo, irritabilidad, insomnio, dolor de cabeza o disminución del apetito, entre otros.

Por ello, las recomendaciones básicas que se entregan desde el ISL para favorecer el “Higiene del Sueño”, en períodos como el actual, se centran en favorecer un ambiente de descanso, tranquilo, con una temperatura agradable, donde se privilegie la oscuridad y se eviten los elementos y acciones distractores del reposo como pantallas luminosas, música, lectura, etc.

La institución encargada de administrar el Seguro Social contra Riesgos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales recomienda también, en los cambios de horario, evitar las comidas copiosas o muy condimentadas previo a acostarse.

Polémica y prevención

Cabe recordar que la modificación horaria ha sido implementada en nuestro país desde 1967, con el objetivo de aprovechar efectivamente la luz solar y generar un ahorro energético.

Sin embargo, no ha dejado de ser un asunto polémico cada año debido a los desajustes que genera esta alteración en la rutina diaria. Esto, dado que nuestro cuerpo se encuentra biológicamente programado para funcionar de día, de tal manera que la luz que entra por los ojos al organismo desencadena la activación del sistema, por lo que en las primeras jornadas siguientes al cambio horario se puede alterar el funcionamiento del reloj biológico interno.

La alteración en el itinerario afecta, en mayor medida, a adolescentes y adultos mayores. Estos últimos pueden presentar problemas de agitación, sueños intermitentes, cambios en los ciclos de sueño-vigilia y, en los casos más severos, descompensación de enfermedades crónicas.

Lo anterior se puede traducir, por ejemplo, en dificultades para levantarse en la mañana, retrasos en la asistencia al trabajo y sensación de somnolencia diurna; e influir en el rendimiento general de las personas, particularmente, en el laboral que es mejor en las mañanas, con posible disminución de la productividad y una tendencia al aumento de accidentes laborales.

A pesar de esto, nuestro organismo se encuentra diseñado para adaptarse a las condiciones ambientales y logra, con el paso de los días, ajustarse a la nueva rutina.

En caso de presentar síntomas que puedan afectar la calidad de vida, siempre es recomendable acudir a un médico quien orientará si es necesario complementar con alguna medida farmacológica, pero nunca auto medicarse.