En el marco del “Encuentro académico internacional: la histórica relación de colaboración México-Chile”, se relevaron los aportes existentes en materia de arte, memoria y patrimonio del emblemático mural Presencia de América Latina, obra de Jorge González Camarena que este 2025 cumple 60 años.
El mural comenzó a ser pintado en 1964 y estuvo terminado en abril de 1965. Tras el fuerte terremoto que azotó a gran parte del país en mayo de 1960, el Gobierno de México, en un gesto de solidaridad hacia el pueblo chileno y en reconocimiento de la contribución cultural y académico de la Universidad de Concepción, decidió realizar un aporte financiero para la reconstrucción de la Casa del Arte.
Sumándose a esa iniciativa, el muralista Jorge González Camarena sugirió que se incluyera la realización de un gran mural que tuviera como tema central la unión y fraternidad de los pueblos americanos y la idea fue aceptada.
A 60 años de ese hito, las actividades conmemorativas contaron con la participación de dos investigadoras mexicanas de destacada trayectoria: Dafne Cruz Porchini y Claudia Garay Molina, licenciadas en Historia, doctoras en Historia del Arte y académicas de la Universidad Nacional de México (UNAM).
Sobre la importancia de esta obra, Claudia Garay expuso que “estamos convencidas que el muralismo mexicano como tal no se puede comprender sin estos enclaves latinoamericanos”.
En tanto, Dafne Cruz agregó que “es muy importante ver el muralismo mexicano como un vehículo de la diplomacia cultural, sabemos que este emblemático mural fue parte de un plan de cooperación entre México y Chile”.
La obra fue realizada con la colaboración de los muralistas mexicanos Salvador Almaraz, Manuel Guillén, Javier Arévalo y los chilenos Albino Echeverría y Eugenio Brito.
Sobre los elementos característicos del muralismo mexicano presentes en la obra de González Camarena, Cruz indicó que “el pintor hace una narrativa, él pertenece a la segunda generación de pintores murales”.
El trabajo en el muro tiene una extensión de 250 metros cuadrados. En este gran paño de piedra y acrílico se encuentra descrita, la unidad genética y el destino de los países del continente iberoamericano.
“Y en un aspecto formal es bien interesante ver el geometrismo y el cuadratismo de González Camarena, que fue algo que realmente marcó su obra”, añadió Garay.
El mural aborda la fusión de las razas y la cultura iberoamericana. La lectura del mural se inicia en el sector derecho, donde se encuentra representado el pasado, el mundo prehispánico de América Latina con el ocaso de las culturas originarias. En la parte central se ubica la «Pareja original», un español y una mujer que representa todas las razas americanas y la «Fusión de las Razas», representada por tres rostros ensamblados en la parte superior. Y, finalmente, en la parte izquierda aparece una breve alusión a la lucha de la conquista.
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