Según un reporte de la Universidad de Naciones Unidas, en 2019 había aproximadamente 16 mil plantas de desalinización funcionando en 177 países, las que en conjunto generaban millones de metros cúbicos de agua dulce al día.

Aunque el agua cubre el 70 % del planeta, sólo el 3 % es apta para consumo humano, a lo que se suma que dos tercios no están disponibles, debido a que se encuentran en forma de hielo o son inaccesibles.

Una situación que el Dr. Rodrigo Bórquez, académico de la Facultad de Ingeniería UdeC, viene trabajando hace más de una década, a la par con la intensificación de la crisis hídrica. En compañía de su equipo, lideró la instalación de plantas en zonas como Pichilemu, Cobquecura y Chiloé, las que permiten abastecer lugares donde el recurso es más que apreciado por las comunidades.

El proceso tradicional de desalinización consiste en eliminar las sales minerales disueltas en el agua. Desde estos proyectos, surgidos al alero de la Universidad de Concepción, ha sido posible desarrollar plantas con avances tecnológicos para asegurar la sustentabilidad y mejorar la producción.

Según informó el investigador “hay países que una gran proporción de su agua potable la generan a partir del agua de mar, yo diría que del orden de los 100 millones de metros cúbicos diarios se destinan para consumo humano”, lo que da cuenta de cómo se ha masificado esta medida.

En lo que respecta al eco que encuentran estas propuestas en el accionar de las autoridades, el Dr. Bórquez tiene una postura crítica, pues argumenta que “se ha perdido demasiado tiempo”, muestra de ello es que “venimos trabajando este tema desde 2010, tuvimos visitas ilustres en nuestras instalaciones con promesas espectaculares. Han pasado 12 años y lo que hemos construido es porque hemos golpeado muchas puertas”.

Finalmente, el académico expuso que deben ponerse en marcha políticas que permitan tratar efectivamente el aseguramiento del recurso hídrico para uso humano y agrícola, porque las medidas provisorias van a traer consecuencias más temprano que tarde.

“El costo es extremadamente alto. Es cosa de ver lo que está ocurriendo en Petorca, donde la gente por un metro cúbico de agua llega a pagar 17 mil pesos, lo que es una locura”, finalizó.

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