Con más de 80 mil espectadores en todo el país durante su primera semana de exhibición, La memoria infinita es el mejor debut del cine chileno en los últimos cinco años y avanza a convertirse en la película nacional más taquillera del 2023.

La memoria infinita se adentra en la conmovedora historia de amor entre el periodista Augusto Góngora y la actriz y ex ministra Paulina Urrutia por más de dos décadas y el cambio en sus vidas luego de recibir el diagnóstico de Alzheimer. Se trata de un relato sobre el recuerdo individual y colectivo, el amor inquebrantable y la reconstrucción de la memoria e identidad.

Maite Alberdi, directora del aplaudido documental, afirmó en entrevista con Radio UdeC que es «increíble y emocionante ver a la gente volver a las salas, llenar una película chilena que se vuelve competitiva ante blockbusters».

La cineasta profundizó en la «conciencia y responsabilidad con la historia y los personajes», señalando que era fundamental la claridad en torno a «qué le estás comunicando al público de un tema del que han visto mucho mediáticamente». Además, afirmó que «para mi era súper grande la figura de Augusto y me tenía que hacer cargo de eso».

Historia y memoria

El estreno se da en plena conmemoración de los 50 años del golpe de estado y tiene como protagonista a Augusto Góngora, figura emblemática de la lucha contra la dictadura y la defensa de los derechos humanos a través de los reportajes de Teleanálisis, del documental Los niños prohibidos y del libro Chile: La memoria prohibida, del que fue uno de sus autores; e ícono de la cultura durante los primeros años del retorno a la democracia, a cargo de programas como Cine Video en TVN.

Ese archivo es parte fundamental de la obra y consultada sobre la selección del material histórico que se ve en la pantalla, Alberdi indicó que «fue un proceso bien largo y complejo, porque habían muchas aristas que tenían que ver con las profesiones, con la relación personal».

El ‘filtro’ pasó por «qué decisiones del pasado hacían eco para entender la relación en el presente».

Entre esos recuerdos afloran con especial fuerza el discurso durante la presentación de «La memoria prohibida» y una conversación con el reconocido cineasta Raúl Ruiz, «pequeñas asociaciones inesperadas que conectan el pasado con el presente».

«Con Ruiz están hablando sobre desaparecidos, de muertos, de resucitar muertos (…) En la presentación del libro, tan pertinente hoy, él dice que tenemos que fijarnos no sólo en las cifras, en las estadísticas, en los momentos de hacer actos conmemorativos sobre la memoria. Lo importante es entender nuestras emociones, reconstituir nuestra memoria emocional y vivir nuestro duelo y yo creo que es lo que está planteando la película. Él no se acuerda de fechas, de números, pero entiende que lo que queda es el dolor, los sentimientos y que desde ahí hay que trabajar porque eso es lo que permanece», sostuvo la realizadora.

Tal como sucediera con las personas mayores a propósito de El agente topo, la conversación en torno a La memoria infinita también ha servido para relevar la situación de las personas dedicadas a labores de cuidado.

Junto con señalar que en la película «el Alzheimer es un contexto», Alberdi planteó que vemos «a una cuidadora que decide integrar a su marido, llevarlo al trabajo, y que la sociedad tiene que cuidar con ella».

Proyección internacional e invitación al público

Recientemente seleccionada por la Academia de Cine de Chile para representar al país en los Premios Goya, y con serias posibilidades de disputar el Oscar a Mejor Documental, el periplo internacional de La memoria infinita considera el estreno en otros 25 países y la continuidad del trabajo que comenzó en Sundance, festival donde obtuvo el Gran Premio del Jurado a Mejor Documental.

Acerca del impacto en el público de otras latitudes, la directora destacó que «es una historia universal sobre el amor, sobre ser pareja, sobre la memoria. No necesitas saber quiénes son ellos para conectarte, porque la emoción es totalmente transversal».

Finalmente, Maite Alberdi reiteró la invitación a ver el documental, señalando que «es una película conmovedora, que tiene mucho humor también. He estado en salas llenas donde la gente se ríe mucho, uno pasa por todos los estados, pero no siento que sea una película para ir a sufrir. Es una película para ver la vida misma y emocionarse por eso».

En la Región del Biobío, La memoria infinita sigue en cartelera en Cinemark (Plaza del Trébol, Mirador Biobío y Arauco Coronel) y Cineplanet (Concepción).

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