En un nuevo capítulo de Féminas Sinfónicas “en pandemia” así como se han llamado durante este tiempo, la conductora Marcela Ibáñez y las panelistas; Ximena Águila y C. María Burmeiter, conversaron con la directora de la Orquesta Juvenil e Infantil del Biobío, María Alejandra Rivas.

Destacada música, ligada desde sus inicios a la formación de jóvenes, su carrera comenzó en 1989 con Pedagogía en Educación Musical en la Universidad de Playa Ancha, y en paralelo a la especialización en interpretación de guitarra clásica, violín y viola con maestras como Oriana Silva, Natalia Hidalgo-Harris, además de masterclass con Laura Klügherz, Patricio Cobos y Alejandra Urrutia.

También posee un postítulo en Dirección Orquestal, ofrecido por la Universidad de Chile y la Fundación Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile en Santiago, además de participar en el Seminario de Dirección Orquestal de la Fundación Andes y el Seminario de Gestión y Trabajo con Orquestas Juveniles e Infantiles de la Fundación Nacional de Orquestas en Santiago, entre muchos otros.

Comencé de niña y tocaba los típicos valcecitos. Soy de Purén, y a los seis años me fui a inscribir en un curso, cuando la guitarra era más grande que yo, luego se transformó en un arma de expresión. Luego, en Temuco toqué en todas las peñas y me fui a estudiar pedagogía a Valparaíso”, cuenta sobre sus comienzos. “Cuando salí trabajé en una empresa forestal, no me pregunten cómo llegué ahí, después volví a Purén, porque siempre fue mi intención volver a mi pueblo, donde hice clases en el Liceo. De ahí me fueron a buscar para que hiciera clases en la naciente orquesta de Contulmo, jamás había visto un instrumento orquestal”, recuerda sobre los cambios en su vida en el año 99.

Ahí noté que a estos niños nadie los escuchaba. Siempre soñé con la dirección, pero me decían que no se podía, pero de a poco me empecé a meter en las clases de instrumentos, les grababa la melodía en el piano en una radiocassete para que tuvieran una referencia”, relata, momento en el cual también decide comenzar a estudiar violín.

Convertida en un referente nacional como formadora de músicos juveniles, dice que siempre ha “creído que cualquier proyecto social debe ser de excelente calidad, de lo contrario es una estafa y es un flaco favor a las personas con menor acceso. Entonces, yo soy incansable en la idea de perfeccionarme y eso es una inspiración para los niños, les decía si yo puedo ustedes también”.

Fue así como las personas que organizaban la orquesta la enviaron a hacer un curso en Santiago, donde estuvo con la Nacional Juvenil con grandes nombres. “Jamás me había parado frente a una orquesta, por esas cosas de la vida no me avisaron que había empezado el segundo año y me encuentro en Concepción, con Pablo Matamala, quien me pasó la partitura, me la estudié una semana y llegué (…) fue increíble porque sonó lo que yo esperaba”, afirma.

Durante el programa, la directora compartió su opinión sobre el buen funcionamiento de la orquesta, destacando la relevancia de contar con personas formadas en el tema y el constante trabajo que deben realizar con los niños y jóvenes.

Conoce más este y más detalles en el nuevo capítulo de Féminas Sinfónicas, por Radio UdeC el sábado 28 de noviembre a las 15:00, Radio La Discusión de Chillán el domingo 29 a las 13:00 y el canal de youtube de Corcudec.