Producto del trabajo colaborativo entre el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) y el Centro de Rescate y Rehabilitación de Fauna Silvestre de la Universidad de Concepción (UdeC), una pareja de quiques fueron liberados en un predio agrícola de la comuna de Chillán, tras un complejo proceso de rehabilitación para asegurar que adquirieran las habilidades necesarias para sobrevivir en el medio silvestre.

La hembra fue la única sobreviviente de tres recién nacidos que fueron encontrados huérfanos en un campo de la comuna de Los Ángeles, en noviembre del año pasado. Por su parte, el macho, también de corta edad, fue hallado en un predio de la ciudad de Talca.

La doctora Paula Aravena, directora del centro UdeC, destacó que la liberación de esta pareja de quiques constituye un importante hito, dado que eso les permitirá habituarse a una zona intermedia en Ñuble, lo que podría permitir a sus hijos y nietos colonizar y cumplir su rol ecosistémico.

“No es fácil rehabilitar a un cachorro de cualquier especie tan joven como un neonato, que ha pasado horas en el frío, sin comer y que ha tenido que cambiar su hábitat. Tampoco es fácil educarlo para que se comporte como un animal silvestre normal. En pocas ocasiones se puede juntar con otro ejemplar de la misma especie, edad y condición similar, y en este caso se pudo gracias a la colaboración de SAG Biobío, que aporta la hembra; SAG Maule, que aporta al macho, y SAG Ñuble, donde está nuestro centro de rehabilitación», detalló la especialista.

“Los quiques son mamíferos silvestres, protegidos por la Ley de Caza, por lo que el Servicio Agrícola y Ganadero tiene un rol muy importante en su protección. Esta especie contribuye al ecosistema como controladora de plagas como ratones, lauchas, palomas y conejos. Por eso, llamamos a la comunidad a que avise al SAG cuando encuentren este tipo de animales, a que los cuiden, porque son aliados nuestros”, sostuvo el director regional (s) de SAG Ñuble, Roberto Ferrada.

Ambos directivos destacaron el trabajo comprometido de los estudiantes de medicina veterinaria de la UdeC que trabajan en forma voluntaria en el centro de rehabilitación. Del mismo modo, valoraron la disposición del propietario del predio para recibir a estos ejemplares para su liberación.

Difícil rehabilitación

La doctora Paula Aravena relató que la hembra llegó con menos de una semana de edad, en mala condición corporal, pesando apenas 160 gramos, desnutrida, deshidratada y con parásitos externos. Una vez en el Centro de Rehabilitación, recibió cuidado neonatal para que creciera de forma saludable. Luego se le estimuló para que buscara su dieta y agua, para que no se acostumbrara a recibir el alimento.

En ese sentido, la especialista explicó además que, como el quique es un animal social que vive en grupo familiar, era imprescindible contar con otro ejemplar de edad semejante y que estuviera en una situación similar, razón por la cual se esperó la llegada del macho, a quien se puso en contacto con la hembra en forma gradual hasta que compartieron la misma jaula. “Al cabo de dos días, ya eran inseparables. Ahí comenzaron una vida juntos en el Centro de Rehabilitación en una jaula grande, donde había enriquecimiento ambiental, cambio de dieta permanentemente; se hicieron pruebas de cazas y ambos cazaban juntos”, explicó.

La positiva evaluación permitió decidir liberarlos, cuando ya tienen cerca de siete meses de edad y están aptos para desenvolverse en su hábitat.

Fuente: SAG