La llamada viruela del mono es un enfermedad viral que se parece mucho a la antigua viruela. Según el Dr. Álvaro Llancaqueo Valeri, infectólogo del Hospital Las Higueras de Talcahuano, la patología «fue erradicada a través de un programa de vacunación a nivel mundial, por lo que desde 1980 no existe» en países como Chile, agregando que actualmente se conocen dos variantes: «una que se da en África Central y otra en África Occidental, con capacidades distintas de hacer daño». 

Durante las últimas semanas, el tema ha encendido las alertas en los organismos internacionales de salud, debido a que se han identificado brotes en distintas latitudes. En ese punto, el especialista informa que «los reportes indican que hay una muy pequeña cantidad de casos, pero que son muy llamativos porque no lo vemos habitualmente en nuestro continente ni en Europa».

El infectólogo detalló cuáles son los síntomas más frecuentes de la viruela del mono, asegurando que las lesiones cutáneas forman parte de los elementos distintivos.

En lo que respecta a la transmisión de la enfermedad, el Dr. Llancaqueo sostuvo que hay, principalmente, tres formas de contagio: «cuando una persona entra en contacto con el virus desde un animal, de otro ser humano, o a través de materiales contaminados que han sido manipulados y que han dejado la presencia del virus». 

El especialista recalcó que aún no se han confirmado casos de viruela del mono en Chile, por lo que debe haber calma en la comunidad.

«Tenemos conocimiento de la enfermedad, pero tratamiento específico no hay. Lo que está descrito es que existe una vacuna aprobada por la Agencia de Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA)», dijo. En ese marco, explicó que como medida de prevención, a nivel internacional, se evalúa «revacunar contra la viruela, dada la similitud de ambos virus».

El infectólogo planteó que la viruela del mono «a diferencia del Covid-19, es menos contagiosa, por lo tanto, medidas como lavado de manos, distanciamiento social y mascarilla podría ser suficientes para limitar su diseminación y la gran ventaja es que el diagnóstico es evidente con lesiones muy características».

Por último, recalcó que «no sabemos cómo se va a comportar en nuestra población en cuanto a lesiones, secuelas y mortalidad».

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