Los ministros de Ciencia y de Medio Ambiente, Andrés Couve y Carolina Schmidt, respectivamente, presentaron el 9 de octubre al grupo de especialistas que trabajará en asesorar y recomendar áreas del territorio nacional que debieran protegerse del impacto de la contaminación lumínica por su valor científico y de investigación.

El equipo está compuesto por seis investigadores, entre ellos el Dr. Rodrigo Reeves, director del Centro Para la Instrumentación Astronómica, CePIA, y académico del Departamento de Astronomía de la Universidad de Concepción; quien trabajará junto a María Teresa Ruiz, Amelia Ramírez, Eduardo Unda-Sanzana, Ricardo Bustos y Manuela Zoccali. Además, contarán con la colaboración de la astrofísica y seremi del Ministerio de Ciencia en la macrozona Centro Sur, Paulina Assmann, y del director del Programa de Astronomía de ANID, Luis Chavarría.

Se espera que a fines de año, el grupo entregue al Ministerio de Ciencia una serie de zonas geográficas sugeridas y los criterios para su protección, basándose en aspectos como la infraestructura para la observación, producción científica, beneficio e impacto para la comunidad científica nacional, condiciones atmosféricas y geográficas y educación científica. Una vez que se definan estas zonas, los proyectos que deben ingresar al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental que se encuentren en las áreas o próximos a éstas, deberán hacer ingreso a través de un Estudio de Impacto Ambiental.

“La idea es que a partir de esta comisión se puedan definir criterios y fundamentos técnicos que darán pie a una propuesta que el Ministerio de Ciencia presentará a Presidencia, con indicaciones de zonas de valor científico e investigación para observación astronómica profesional en Chile”, señaló el Dr. Reeves.

El académico explicó también que con esta comisión “se materializa el interés que se ha venido formando en el Estado de Chile, respecto a que la ciencia es importante y, en este caso, la astronomía y su aporte a la sociedad depende de condiciones medioambientales que deben ser protegidas para poder asegurar su funcionamiento óptimo con miras hacia el futuro. Se ha observado con el correr del tiempo que la contaminación lumínica ha ido empeorando y con esto, limitando las posibilidades de realizar investigación científica de calidad, con ciudades cercanas a observatorios como núcleos contaminantes, además de instalaciones de faenas mineras cuya iluminación irresponsable afecta en casos la profundidad con la que los telescopios pueden detectar los objetos más débiles”.

La contaminación lumínica en las zonas cercanas a los observatorios astronómicos en nuestro país ha aumentado, con lo cual nace la necesidad de crear normas y criterios de evaluación, además de promover la fiscalización en terreno.

“Que Chile posea zonas geográficas y atmosféricas privilegiadas para el desarrollo de la astronomía, no asegura la llegada de nuevos proyectos científicos internacionales de gran envergadura, hay otros factores que también deben tenerse en cuenta para poder contar con desarrollo científico adecuado y sostenible en el tiempo, como por ejemplo la estabilidad política y las condiciones de contaminación lumínica en el caso de la astronomía óptica, entre otras. Si no se dan las condiciones adecuadas para que los observatorios puedan funcionar a largo plazo (30 años o más) y así poder capitalizar las inversiones de alto nivel, se perderá el atractivo que actualmente tiene nuestro país para la ciencia internacional. Si las zonas siguen degradándose no llegarán más proyectos a Chile y los ya existentes comenzarán a fugarse; por lo que existan estas zonas de protección es extremadamente beneficioso, lo que consigo trae también la protección del medioambiente, lo que va en directa unión con la calidad de vida de la ciudadanía, y la protección de la biodiversidad hacia el futuro”, detalló el investigador.

El Dr. Rodrigo Reeves se dedica a la investigación y desarrollo de tecnologías de punta para uso astronómico, su posible utilización en ciencias afines y aplicaciones de interés amplio. Se desempeña como director de CePIA (Centro Para la Instrumentación Astronómica) en la UdeC, desde donde se desarrollan instrumentos astronómicos que cubren desde ondas de radio hasta el sub-milimétrico o bajo Terahertz.

Obtuvo su doctorado en Ingeniería Eléctrica en 2009 en la Universidad de Concepción y fue postdoc en Caltech (Instituto Tecnológico de California) entre 2009 y el 2011. En 2012 fue contratado como senior scientist en el mismo instituto, cargo que desempeñó por dos años. Se integró como profesor asistente del Departamento de Astronomía de la UdeC en abril de 2014.

El Dr. Reeves es el gestor del proyecto LCT, Leigthon Chajnantor Telescope, liderado por la UdeC, la Universidad Normal de Shanghai y el Instituto Tecnológico de California (Caltech), y que busca trasladar desde Hawaii hasta Chile un telescopio dedicado a la astronomía submilimétrica, el que se emplazaría en el Llano de Chajnantor (Región de Antofagasta) y controlado desde las dependencias de la Universidad de Concepción.