Por “ser una de las voces más destacadas y activas de la música mapuche, que mantiene viva su tradición musical y es clave en la transmisión del mapuche kimün, así como en la cosmovisión de este pueblo”, la cultora y ülkantufe (compositora de música mapuche) Elisa Avendaño Curaqueo recibió este lunes el Premio Nacional de Artes Musicales 2022, convirtiéndose en la primera representante de pueblos originarios y la quinta mujer en recibir el galardón.

El resultado fue dado a conocer cerca del mediodía, oportunidad en la que el jurado encabezado por la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Julieta Brodsky Hernández, destacó también “su rol como intérprete y su labor de difusión y transmisión del saber que resguarda hacia las nuevas generaciones. Coinciden asimismo en el impacto de su trayectoria tanto a nivel nacional como internacional. Esta candidatura da cuenta de la historia, presente y futuro de su pueblo y representa un precedente de revitalización y reconocimiento de esta tradición”.

El veredicto fue resuelto por un jurado que integró la ministra Brodsky; la rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés; Aliro Bórquez, rector de la Universidad Católica de Temuco; Andrés Maupoint, de la Academia de Bellas Artes; Daniela Millaleo y José Manuel Izquierdo, representantes del Consejo Nacional de las Culturas, las Artes y el Patrimonio; la última ganadora del premio, la soprano y directora de opera, Miryam Singer González.

Hoy, en tiempos en que renace nuevamente el racismo, recibo este premio como una manera de revitalizar nuestra fuerza artística y cultural. Y lo recibo gracias a mi gente, a mi pueblo, a los mapuches, a los niños y los jóvenes”, comentó la cultora tras conocer la noticia.

Avendaño agregó que ha “estado trabajando con mucha gente, especialmente con niños y jóvenes, que estoy convencida de que serán quienes van a levantar al país. Debemos hacer un trabajo mancomunado para crear una sociedad más justa, más educada y con la hermandad y el amor que hemos tenido siempre, para crecer juntos con nuestra identidad y nuestras culturas”.

Establecido como premio unitario desde 1992, a partir del antiguo Premio Nacional de Arte, el Premio Nacional de Artes Musicales se entrega cada dos años, tal como ocurre con el caso de la literatura. Tradicionalmente, es un galardón que suele reconocer a artistas vinculados a la música docta, con excepción de casos como Margot Loyola y Vicente Bianchi, que tuvieron cruces hacia lo popular.

Según lo establecido por la Ley 19169, la persona reconocida obtendrá un diploma, un monto en dinero y una pensión vitalicia mensual equivalente a 20 UTM (unos $1.088.000 aproximadamente).