Con más de 45 voces, el Coro Universidad de Concepción se unió a las presentaciones musicales entregadas por la Orquesta Sinfónica UdeC, con la interpretación de “Lacrimosa”, parte del Réquiem de Mozart.

Desde sus hogares, los y las integrantes del cuerpo coral demostraron su talento grabando esta melodía, y logrando poner en la escena virtual un pequeño concierto para acompañar a la comunidad en este tiempo de aislamiento.

“Cabe destacar que el Coro UdeC participa activamente en las Temporadas Sinfónicas desde 1959. Agradecemos y aplaudimos la gran interpretación, de una obra que llama a la reflexión, sobre todo, con lo que ocurre en el mundo”, enfatizó Mario Cabrera, gerente general de Corcudec.

Por su parte, Carlos Traverso, director del Coro, resaltó la importancia de la representatividad de esta agrupación y su presencia en las actividades que está haciendo la Corporación Cultural en redes sociales y plataformas digitales.

Originalmente, esta pieza sería presentada en Semana Santa, sin embargo, fue elegida para este periodo, porque “es simbólica para este momento, como una muestra de condolencia, solidaridad y empatía para los días que estamos viviendo”, explicó el Carlos Traverso.

“A pesar de la dificultad que significan estos ensayos online y no poder hacerlo en vivo, para el Coro es muy importante participar, volver a cantar y aportar a la comunidad en estos tiempos tan complicados”, enfatizó el director.

“En tiempos excepcionales que vive la humanidad, no hemos querido permanecer ajenos a las actividades culturales”, agregó Gloria Jara, integrante de la cuerda de Contraltos y de la directiva del Coro UdeC. “Desde nuestros hogares, acogimos con entusiasmo y responsabilidad el llamado a participar, a través de estos espacios musicales, para llevar un poco de alegría al público amante de este arte”, mencionó.

Puedes revisar la presentación aquí.

Una obra con leyenda

El Réquiem o misa fúnebre encargada a Mozart por un desconocido, fue escrita en 1791, junto a otras grandes obras como “La flauta mágica” y el comienzo de una ópera bufa. Como Mozart llevaba un buen tiempo enfermo, se piensa que compuso el Réquiem como un auto tributo, logrando una melodía suave y melancólica, pero que refleja cierta paz frente a la muerte.

La pieza quedó inconclusa por la muerte del compositor, por lo que la esposa de Mozart pidió a Joseph Eybler y Franz Xaver Süssmayr, pupilos del autor, terminar la obra, quienes trataron de inspirarse en los esbozos e indicaciones que dejó el maestro, incluso un día antes de fallecer.

Esta obra se encuentra rodeada de leyendas y mitos, pero ha traspasado el tiempo como una de las muestras del virtuosismo de Mozart.

Fuente: Corporación Cultural UdeC.