Cuatro nuevos territorios de la región del Biobío fueron sumados al Programa Pequeñas Localidades del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu), que busca mejorar la calidad de vida de los habitantes a través del potenciamiento de zonas con menos de 20 mil habitantes y que presentan déficit urbano y/o habitacional. Lo anterior, mediante la ejecución de proyectos definidos en conjunto con la comunidad por un máximo de $1.500 millones.

Se trata de Llico, Rumena y Punta Lavapie de Arauco; de Colico Norte y San José de Colico de Curanilahue; Rere de Yumbel e Isla Mocha de Lebu, sectores que desde ahora se sumarán a los otros tres de la región incluidos en la estrategia: San Rosendo, Calebu, y Pangue y Sara de Lebu.

Respecto de las zonas seleccionadas, la delegada presidencial regional, Daniela Dresdner, detalló estas responden «a la priorización que ha hecho el Gobierno a partir del Plan Buen Vivir para las comunas de la provincia de Arauco, por motivo de la situaciones que todos conocemos». 

Por su parte, la seremi de Vivienda y Urbanismo, Claudia Toledo, puso énfasis en sectores como Rere, que poseen una gran «tradición, historia y costumbres», que serán relevadas a través de los $1.500 millones comprometidos. También, la autoridad política entregó más detalles sobre los gastos considerados.

Por su parte, el alcalde de Lebu, Cristian Peña, abordó la situación de los territorios como Isla Mocha, que no suelen considerados dentro de la cartera de inversiones del Minvu.

Junto con agradecer las gestiones efectuadas por el Gobierno, la jefa comunal de Arauco, Elizabeth Maricán, detalló que los recursos comprometidos posibilitarán el desarrollo del «fomento productivo, el turismo y la calidad de vida de los vecinos». Además, se refirió al carácter descentralizador del gesto.

Cabe destacar que durante la oportunidad se destacó la experiencia de San Rosendo en la voz de su alcalde, Rabindranath Acuña, quien sostuvo que desde el momento en que se «plasma la identidad» de la comunidad en un programa, el valor de este ya no puede ser medido solo «con dinero», sino que a través de la instalación de «la potencialidad de la comuna en lo físico y también en lo humano».