Desde hace más de dos semanas, el Colegio Médico Regional Biobío viene advirtiendo sobre el estrés al que el sistema hospitalario se ha visto sometido tras el explosivo aumento de la circulación de diferentes virus respiratorios y las hospitalizaciones de menores de edad. Ello ha tenido importantes efectos en las áreas pediátricas y, sobre todo, en la disponibilidad de camas críticas para los infantes que han desarrollado cuadros más graves.

 «Seguimos con camas de adultos ocupadas para el tratamiento de niños» enfatiza el presidente del colegiado órgano, Germán Acuña, quien a día de hoy reitera su llamado a la ciudadanía a «no exponer a los menores» a través de actividades prescindibles, como son los paseos a lugares de entretención y a centros comerciales, las reuniones familiares, las salidas a supermercados, entre otras.

Ante el inminente colapso de las áreas pediátricas, Acuña insiste en que resulta imprescindible «adelantar las vacaciones de invierno» para, con ello, forzar la reducción de la circulación viral.

Casos al doble

Desde la Sociedad de Pediatría de Concepción, su presidenta, Carolina Gajardo, corrobora que la cantidad de casos virales detectados en niños durante la semana 21 del presente año, correspondiente al periodo entre el 21 y el 28 de mayo, dobla la registrada para el mismo periodo de 2022. Las causas de dicho fenómeno, afirmó, pueden guardar relación con la mayor susceptibilidad a enfermar que hoy poseerían los menores luego de los años de resguardo por la pandemia.

En ese sentido, la especialista agregó que los virus más prominentes en la actualidad son el sincicial respiratorio (VSR) y el de la influenza A, los que suelen enfermar «más gravemente» a los lactantes menores de tres meses.

Asimismo, la doctora Gajardo sostiene que aunque la reconversión de camas básicas para el tratamiento de enfermedades respiratorias es una práctica sanitaria común, el actual alza en los pacientes pediátricos con insuficiencia respiratoria ha obligado a flexibilizar aún más los recursos y recurrir a cupos de «unidades críticas de adultos».

Ello, a su parecer, pone cada vez más «en evidencia» la necesidad de contar con un hospital pediátrico para la región del Biobío.

Por otra parte, la presidenta de la Sociedad de Pediatría de Concepción afirmó que aunque las proyecciones existentes prevén que el peak de casos se registrará durante las próximas dos semanas, la situación es inestable e imprevisible.

Por ello, la especialista opina que una medida como adelantar las vacaciones de invierno debería adoptarse de manera «descentralizada» y atendiendo la situación epidemiológica de cada territorio. En el caso de nuestra zona, lo anterior permitiría «cortar la curva» de contagios y «evitar que una gran masa se enferme» simultáneamente.

Hospitalizaciones al alza

Desde la Seremi de Salud del Biobío enfatizaron en que aunque la ocupación general de las camas pediátricas a nivel regional era de un 80,2% al 31 de mayo, existe una preocupación por el adelantamiento del aumento de la circulación viral y de los casos «respecto de años anteriores».

En ese marco, consternan en la zona el que se haya alcanzado la capacidad máxima de las UCI neonatal y pediátrica, y la gravedad de los cuadros desarrollados por una buena parte de los pacientes menores. Algunos de ellos, incluso, han retornado a la red con mayores complicaciones que en la primera consulta y bajo «la necesidad de ser hospitalizados». 

Fuera de la reconversión de las camas de adultos, la autoridad sanitaria regional ha optado por contener los efectos del alza a través del favorecimiento de las altas médicas y los traslados hacia recintos con mayor disponibilidad. También, ha sido potenciada la vacunación contra la influenza y el COVID-19; y se ha fortalecido la Campaña de Invierno a través del reforzamiento de la red de Cesfam, del programa de Infecciones Respiratorias Agudas (IRA), de los apoyos para radiografías y fármacos, y de las hospitalizaciones domiciliarias.

Las posibilidades del calendario

Consultada por los llamados de los distintos gremios, la seremi de Educación, Elizabeth Chávez, sostuvo que la decisión ministerial es mantener el calendario escolar según las condiciones actuales, es decir, con vacaciones entre el 3 y el 14 de julio, dado que «la evidencia científica y médica correspondiente al año pasado» apunta a que en dichas semanas se producirá «la mayor saturación del sistema» sanitario.

Junto con expresar su preocupación por el alza en las enfermedades estacionales y por el bienestar de las comunidades educativas, el presidente del Colegio de Profesores Biobío, Jorge Barriga, reconoció que una medida como adelantar nuevamente las vacaciones resulta «compleja», dadas las problemáticas que ello traería para los docentes y directivos en los planos administrativo y de planificación.

No obstante, el representante sí consideró apropiada la alternativa de extender el periodo vacacional, para que el inicio del mismo tenga lugar el 26 de junio y su finalización, el 14 de julio, coincidiendo así con lo actualmente establecido por el nivel ministerial.

Fuera del debate por el calendario escolar, Barriga puso también el énfasis en las altas cifras de inasistencia que ha conllevado el aumento en la circulación viral, sobre todo, por sus impactos en este periodo «de reactivación» en materia educativa. En ese sentido, advirtió que las posibilidades de justificar las ausencias se encuentran hoy limitadas por el estado de la propia red asistencial, lo que ha llevado a una buena parte de las familias a no enviar a sus hijos a consulta en caso de enfermedad.